TERESA CAMESELLE | De quen vés sendo? | Lunes 28 noviembre 2022 | 13:50
Así lo llama el Ministerio que anunció el proyecto en todos los medios: «Humanización de la avenida de As Pías». Y así lo esperábamos con ansia desde hace años, al menos los que vivimos en la zona. En principio suena todo perfecto: convertir la carretera en un bulevar, con semáforos, aceras, carril bici, zonas verdes… Y, sobre todo, unir a la ciudad, que hasta la fecha tiene sus barrios principales separados por un talud.
Sabíamos que iba a ser una obra larga, complicada, molesta, pero nadie nos dijo que para «humanizar» primero había que hacer todo lo contrario, empezando por arrasar las especies vegetales en la mediana y a ambos lados de la carretera.
La semana pasada descubrimos que se está procediendo al talado salvaje de árboles a ambos lados de la carretera, sin aviso ni noticia en ningún medio. La calle Santa Comba, la más afectada, se ha quedado sin una hilera de preciosas especies que llenaban de color estos días de otoño, y de sombra en verano. También se están talando árboles al otro lado, en la avenida de Bazán y, ante la falta de información no sabemos qué va a ocurrir con los ejemplares que restan, incluidos los de la zona del parque del Pilar cercanos al arcén.
Tengo muchas preguntas en cuanto a la necesidad de talar árboles en una obra que después se va a convertir, en gran parte, en zona verde: ¿realmente no hay otra solución? ¿O, simplemente, es la más fácil? ¿Es preciso convertir en un desierto los alrededores de la avenida para proceder después a la «humanización»? ¿Qué se hace con la leña en la que han convertido árboles jóvenes y sanos? ¿Se comprarán después otros árboles, con dinero público, para reponer los cortados? ¿Es más barato que tratar de mantener, o transplantar los existentes?
E, independientemente de los costes, ¿se puede llamar «humanización» a esta absoluta barbaridad?
*Teresa Cameselle es escritora.
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