RAÚL SALGADO | @raulsalgado | Ferrol | Jueves 19 junio 2014 | 13:33
Con la presencia del obispo de Mondoñedo-Ferrol, Manuel Sánchez Monge, y coincidiendo con la festividad de Corpus Christi, Cáritas ha presentado este jueves su memoria de actividad del año 2013. Los datos vuelven a ser alarmantes: la entidad atendió en esos doce meses a 9.550 personas, lo que indica que su acción se extendió a más de 27.000 ciudadanos en la diócesis, que abarca el área de Ferrol y el norte de la provincia de Lugo.
Sánchez Monge afirmó que la organización presta ayuda a «personas que tienen rostro», ofreciéndoles «acogida, acercamiento» o «acompañamiento personal». «No es lo mismo la beneficencia que la caridad», apuntó el prelado, destacando que Cáritas quiere «escuchar sus necesidades más profundas» para que «no queden instalados en la marginación».
A su juicio, el colectivo busca paliar sus «necesidades más urgentes», para lo que cuenta cada vez con más donativos y suscripciones. Cáritas trabaja desde 58 unidades parroquiales con 414 agentes. Por primera vez, los fondos necesarios rozaron el millón de euros; concretamente, 983.000 euros, un 25 % más que en 2012.
Aportaciones
El 51 % de esas aportaciones proceden de la propia Iglesia o de particulares y suben en un 38 % en un año; el 12 % corren a cargo de empresas y el 37 % de organismos oficiales. Su red de atención primaria absorbe cerca del 50 % de los recursos, con 437.000 euros que aportan al 45 % las parroquias y al 54 % la estructura diocesana de Cáritas. Ese respaldo crece en un 22 %.
En detalle, el 39 % de las solicitudes permitieron adquirir víveres; el 19 % hacer frente al pago de alquileres o hipotecas; el 15 % se destinó a elementos de primera necesidad para bebés, niños o personas mayores; el 13 %, con un destacado incremento, para medicinas, consultas en clínicas dentales o gafas. Mientras, el 10 % se reservó para consumos de luz, agua y gas y el 4 % para libros y ayudas de desplazamiento.
Mientras, el programa de empleo de Cáritas involucró a 515 usuarios en 8 cursos. 98 de ellos consiguieron un empleo. Las personas sin hogar, hasta 504, recibieron atención en el centro social de la calle Magdalena, único en la ciudad en sus características, y en los dos pisos de tránsito a la vida autónoma de la organización, en los que residieron 7 personas durante una media de dos o tres meses.
Centro social
En las instalaciones de A Magdalena se sirvieron 25.740 desayunos y meriendas, hubo 3.564 servicios de ducha y otros 3.432 en el de ropero. Acudieron, igualmente, 199 inmigrantes. En términos generales, sobresale la ayuda a mujeres solas con cargas familiares y parejas jóvenes con menores a su cargo, la mayoría en situación de desempleo y carentes de prestación alguna.
Cáritas alerta de la «vulnerabilidad social y ruptura económica», sosteniendo que «la pobreza abarca cada vez a más gente» y se convierte en un mal crónico. A diferencia de otros lugares de España, y por indicación del obispo, se refuerza el programa de empleo para «crear esperanza» entre los desfavorecidos.
Por último, la entidad reconoce que las instalaciones de la urbe naval a disposición de las personas sin techo, como el albergue de Caranza, no bastan ante la demanda actual. En su caso, ahora tienen que «atenderles más tiempo y con más medios». Se llegan a servir hasta 70 desayunos al día en jornadas de especial actividad.
Advierten sobre lo que «puede pasar en verano» y el hecho de que en algunas zonas, con cifras de paro por encima de las medias gallega y española -rondando el 33 %-, el gasto medio por persona llega a rozar los 100 euros.
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