R. SALGADO | @raulsalgado | Ferrol | Jueves 26 febrero 2015 | 21:19
PP y PSOE han sacado adelante en el pleno ordinario de Ferrol la adenda al convenio de las obras del saneamiento. Representantes de la residencia de personas mayores de Caranza, de la planta de biodiésel de Masol Iberia y de la plataforma contraria a la nueva tasa del saneamiento han ocupado algo más de la mitad del aforo en el salón de plenos.
No en vano, sus problemáticas se han abordado en el apartado de mociones. Sobre el propio saneamiento, la portavoz del gobierno, Martina Aneiros, ha estimado que la corrección del acuerdo original «vuelve a mejorar» las condiciones para el Concello, con un ahorro que ha situado en el entorno de los 3 millones de euros.
Ha remarcado la inclusión de los trabajos en el río Inxerto, valorados en 6 millones de euros y que beneficiarán a la zona de la plaza Rosalía de Castro, A Gándara y O Bertón. Se trata de un plan «necesario para completar el saneamiento integral». Desde filas nacionalistas, Iván Rivas ha insistido en que «debería asumir o Estado» cualquier gasto añadido.
Fricción
Ha sido, sin dudarlo, el punto que más fricción ha generado en la sesión entre PP y oposición. La intervención del portavoz de IU, Javier Galán, ha merecido respuesta crítica de Aneiros durante la misma alocución del edil de izquierdas, que ve el nuevo tributo como «ilegal». «Eu flipo», iniciaba el concejal; «La que flipo soy yo», espetaba la portavoz del PP a cambio.
En una dura y enérgica intervención, Aneiros deseaba que el convenio «sufra muchísimas modificaciones» y acusaba al portavoz de Izquierda Unida de querer «confundir a la gente» y «meter miedo». Descartaba que el consistorio vaya a permitir la pérdida de fondos comunitarios, pero su discurso solo servía para que BNG e IU la acusasen de mentir sobre el coste real.
Llegaría a ofrecer una intervención final al respecto el exalcalde socialista Vicente Irisarri, que situaba la negativa a firmar el pacto inicial. Se refería a unas «nuevas condiciones» que perjudicaron a Ferrol en su día frente a otras ciudades españolas. Abogaba por un «punto de equilibrio» sobre la repercusión del coste en los vecinos y Martina Aneiros acusaba de incoherencia a IU y BNG.
Más acuerdos
El pleno ha aprobado, con la única nota discordante de la abstención del BNG, una modificación de créditos por la cual se genera un importe de más de 185.000 euros para afrontar el convenio con el Puerto de Ferrol sobre el talud de A Graña. Asimismo, se ha decidido ampliar de 25.000 a 32.500 euros la asignación municipal a la Sociedade Galega de Historia Natural.
Esa aportación permitirá ampliar el horario de apertura a los sábados y las mañanas de domingos y festivos. Sin embargo, el BNG ha alertado de las «graves deficiencias» del inmueble, que ve en «absoluta precariedade» y en un «limbo». Su portavoz, Iván Rivas, sostiene que «Defensa pode reclamar o seu uso» en cualquier momento.
De igual forma, la corporación ha acordado la cesión de locales en la calle Ares, del barrio de Recimil, a la entidad social Arraigo y ha dado el visto bueno a la propuesta de precios públicos para actividades culturales. En todo caso, este último punto ha merecido las críticas de la oposición ante la acción política del edil Manuel-Reyes García Hurtado.
Iniciativas
Este ha argumentado que el importe de los talleres será «o máis económico» de Galicia, pero el BNG ha hablado de una acción fruto de la «improvisación» y de una «vocación electoralista». Suso Basterrechea, de IU, ha estimado que se trata de una «burla» a «catro meses vista» de los comicios locales.
A su juicio, el carácter «electoralista é evidente». Reclamaba el concejal que los cursos fuesen gratuitos, una opción que negaría García Hurtado, pero que no descartaba el interventor municipal a preguntas de Basterrechea. Matizaba el funcionario que «hay que motivar» que los talleres no tengan coste para el usuario.
El concejal de Cultura respondía a Iván Rivas sobre su «posición política e dogmática», arguyendo ante la acusación de electoralismo que «entón non poderíamos tomar ningunha decisión». Destacaba que el personal del Ayuntamiento le había alertado sobre la posibilidad de que los precios propuestos pecasen de bajos.
Gastos
Volvía a recurrir a la comparación con Narón, indicando que se pagan «208 euros por un curso que en Ferrol custa 40». Rivas reprochaba la contratación de «artistas foráneos», mientras que Basterrechea redundaba en lo «agresivo» de las palabras del edil por situarse por encima de Narón pese a su trayectoria cultural.
Con el voto negativo de IU y BNG, salía adelante la modificación de la ordenanza de inspección técnica de edificios. Para el BNG, se insiste en una «política aparencial» que se ciñe a un maquillaje «puramente formal». Aunque Javier Galán (IU) ve «necesario que haxa unha ordenanza», resaltaba que «non é a nosa».
Contrasta, a su entender, la situación de los «grandes propietarios de Ferrol» con la de «moitos que non están en disposición» de afrontar arreglos en sus inmuebles. El edil de Urbanismo aseveraba que «no hay ninguna obligación de adaptarse».
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