
JOSÉ MARÍN AMENEIROS | Jueves 11 julio 2013 | 16.30
José Luis Allegue (Ferrol, 1992) ya lleva tiempo ejerciendo de periodista, aunque su currículum no lo contenga de manera oficial. Estudia en Salamanca y, a falta de un curso para terminar la carrera, con apenas 20 primaveras en el peto, este ferrolano acaba de cumplir su primer año como director de Tribuna Deportiva. Este medio digital para amantes del deporte nació el 29 de junio del 2012. Desde entonces Allegue lo ha conducido, buena parte del tiempo desde Hasselt, Bélgica, lugar desde el que acaba de retornar tras nueve meses de Erasmus.
Ferrol 360 – ¿Por qué periodista?
José Luis Allegue – Porque desde pequeño me gustaba. En sexto de Primaria hice una revista y dije: esto es lo que quiero. Recuerdo que el primer artículo que escribí fue sobre cuando el Dépor perdió 8-3 contra el Mónaco en la Champions [año 2003]. Y en ese momento pensé que a mí me gustaría contar esas cosas en el futuro.
360 – Te surge la oportunidad de irte de Erasmus. ¿Lo pides para aprender de tu profesión en el extranjero, o más por conocer otra sociedad y otra cultura?
JLA – Casi más por el tema social. Yo quería estar un año fuera, vivir la experiencia bien, aprender otro idioma y disfrutarlo en condiciones. Hasselt era el único destino que respondía más o menos a todas esas preguntas. Me decidí por Bélgica por el tema cultural, porque estaba bien situado en Europa para viajar y conocer otros sitios, y para ver cómo se hacían las cosas allí que, en mi opinión, se hacen mucho mejor que aquí.
360 – ¿Qué hay de realidad en el mito de que en el Erasmus sólo se está de fiesta todo el día?
JLA – Es una verdad a medias. La fiesta la hay, pero te la montas tú. Más que nada porque hay una comunidad Erasmus muy grande: polacos, turcos, italianos, alemanes, españoles, nos juntamos todos y somos los que la planeamos. Porque en ese tipo de países los bares cierran temprano, entonces eres tú el que tiene que montar la fiesta. ¿Que la hay? Sí. ¿Todos los días? No, para qué nos vamos a engañar.
360 – ¿Se mejora el inglés?
JLA – Sí, sí. Los idiomas oficiales son el dutch, el francés y el alemán. Pero el inglés allí es como aquí el gallego: todo el mundo lo sabe aunque no lo use. En los supermercados y bares hablas en inglés, estudias y haces los exámenes en inglés, tienes que desenvolverte en inglés… por lo que coges más soltura y vocabulario.
360 – ¿Cómo es la vida de estudiante en Hasselt?
JLA – La mía era la hostia [ríe]. Es una vida muy buena. Allí hacen clases específicas para los Erasmus. Y tenía normalmente dos horas de clase al día, salvo alguno seis o siete. Pero trabajas, a lo mejor en el aula no te dan tanta caña pero eso sí, muchas tareas para casa y entregarlas puntual.
360 – ¿Y la vida de periodista?
JLA – Bastante más divertida que la de aquí. Me explico: sobre todo la del periodista estudiante. Allí te ponen muchas facilidades que en Salamanca no te dan. Llegas, pides tu cámara, trípode, micrófono, pértiga, focos, etc. y te lo dejan todo el tiempo que quieras. En Bélgica el periodista es como una figura más respetada que en España. Es curioso, hasta en la forma de vestir, los ves más arreglados, con camisas y tal, mientras que aquí van de andar por casa. La vida del periodista en Bélgica es más fácil, más que nada porque la gente se lo pone más fácil. En España día a día pierden credibilidad.
360 – ¿Cómo es el panorama de medios en Bélgica?
JLA – Es distinto. La tele la vi poco, porque no tenía, pero periódicos tienes un montón: regionales, provinciales, locales… El más importante de Hasselt tenía una sede grande y luego pequeñas redacciones en diferentes puntos, que dejaban todo más a mano. El periodista suele estar muy encima de la noticia, que en mi opinión es lo que se debería hacer. No se mueven tanto por notas de prensa.
360 – Hasselt es una ciudad muy parecida a Ferrol en tamaño y población. ¿Qué diferencias tienen ambas?
JLA – La mayor diferencia es la vida social. Allí la gente se levanta como aquí, lo de que madrugan mucho es una mentira impresionante. Lo que pasa es que tienen un horario corrido. Abren a las 10 y cierran a las 18 horas. Y a esa hora los españoles lo pasamos mal, porque parece un toque de queda. Cierran las tiendas, la mayoría de los bares, las calles se quedan desiertas y sólo hay guiris, o sea, nosotros [ríe].
360 – ¿Consigues adaptarte a ese ritmo horario?
JLA – Yo siempre hacía horario español. Incluso hasta comía más tarde. No conozco a ningún español que se haya adaptado al estilo de vida de allí.
360 – ¿Cómo vivías desde allí todo lo que pasaba en la comarca ferrolana?
JLA – Estar informado de Ferrol siempre me gustó, más que de lo que pasa a nivel nacional. Quieras o no, es mi ciudad. Entraba en las ediciones digitales de La Voz o El Correo Gallego, miraba en Twitter, o veía los partidos del Rácing de Ferrol que daban por internet.
360 – Cuando volviste, después de nueve meses. ¿Cómo encontraste Ferrol?
JLA – Me lo encontré jodido. Y cada vez peor. Es algo que puede sonar a tópico, pero si eres de aquí te preocupa de verdad. Llegas de fuera, paseas por la calle Real, y ves comercios de toda la vida que ahora están cerrados; a la calle del Sol, que antes era un hervidero de fiesta en verano, le quedan tres sitios abiertos. Se muere una ciudad que tiene mucho que explotar, que ver y que dar. Me da pena.
360 – ¿Cuál piensas que podría ser una solución para la ciudad?
JLA – Creo que hay que explotar Ferrol, por ejemplo, por el camino del entorno. Tenemos unas playas que no las tiene nadie. Los sitios de interés turístico, el tema del surf… Opino que la Concejalía de Turismo debería estar un poco más activa y ofrecer cosas tanto al que viene de Ferrol como a los de fuera.
360 – Y, en medio de toda esta situación, creas Tribuna Deportiva hace un año. ¿Qué te movió a ello?
JLA – La pregunta no es qué, sino quién. Estuve trabajando de becario en un medio digital, Más Salamanca, y cuando acabé mi etapa quedé para despedirme de mi jefe, Jesús Pablo Miguel. Él conocía mi blog personal y me propuso explotarlo un poco. ¿En qué sentido? Me dijo: te monto una web, somos socios y a ver qué pasa. Empezó siendo una locura, cuando esas cosas se montan desde la serenidad [ríe]. Yo quería un sitio deportivo diferente, de reflexión, opinión o reportajes.
360 – ¿Cómo valoras este año de Tribuna Deportiva?
JLA – Muy positivo. Estoy muy contento porque la gente que he tenido siempre ha respondido. Y a nivel personal es una satisfacción enorme que te feliciten desde periodistas profesionales hasta amigos de toda la vida o gente que no conoces. Para mí, ese es mi sueldo ahí dentro. Ver a una redacción que se involucra a tope, que sabe que no puedes darles lo que deberías pero están ahí al pie del cañón.
360 – Tanto sacrificio, ¿merece la pena?
JLA – Sí, claro. Siempre hay días que estás de bajón y dices, ¿cómo levanto esto? Pero luego ves las visitas, los comentarios, todo y dices “vamos allá”.
360 – ¿Qué esperas en el futuro de Tribuna Deportiva?
JLA – A corto plazo seguir trabajando. Tenemos un verano bastante chulo por delante y vamos a sacar alguna cosilla para tratar de sorprender. Por ejemplo, el segundo número de nuestra revista, que va a ser muy completa, con un especial de la radio deportiva y entrevistas muy jugosas. ¿A largo plazo? Estamos pensando en organizar muchas cosas, como el primer torneo de pádel Tribuna Deportiva, en Salamanca.
360 – ¿Qué piensas del periodismo deportivo actual? ¿No deriva en ocasiones en tertulias “de barra de bar”?
JLA – Creo que la gente tiene que diferenciar entre el periodismo deportivo puro y el periodismo deportivo de ahora. Si quieres información pura y dura, pon los deportes de Antena 3, la Primera o Telecinco. En otros sitios, como Cuatro, Futboleros o Punto Pelota, ponen a unos personajes que están ahí porque manejan una información y se crean un papel fuerte que a la gente le gusta. En ocasiones puede perjudicar al periodismo deportivo, pero en el fondo le da un giro. Particularmente, yo prefiero el de toda la vida, bien hecho, pero para gustos están los colores. Si Punto Pelota o Futboleros no los viese nadie, mañana cerrarían. Pero la gente lo ve, a la gente le gusta. Algo tienen que tener.
360 – El deporte que más de cerca te ha tocado últimamente, el ascenso del Rácing de Ferrol. ¿Cómo lo viviste desde Bélgica?
JLA – Yo volvía para Ferrol unos días más tarde y pensé: ¿Y si pierden y los veo ascender allí, en directo, en segunda o tercera ronda? Pero no, en el fondo quería que ascendiesen ya, a ver si luego se iban a complicar las cosas. Lo vi por internet, fue el mismo día en que el Dépor se jugaba la permanencia. El Rácing fue el éxtasis, luego llegó el bajón de Riazor. Pero estoy muy contento de que Ferrol vuelva a estar en 2ª B, porque creo que después de muchos años por fin se están haciendo las cosas bien, confiando en gente gallega que sienta los colores.
360 – ¿Qué crees que va a suponer para la ciudad que su equipo haya ascendido de categoría?
JLA – El deporte ferrolano anima a la gente, es una alegría, Gómez Noya es lo más evidente. Cuando las cosas van mal te agarras a lo que puedes, es una vía de escape. En el ascenso, con las calles llenas, la gente gastó más. El del bar estaba contento, los de A Malata estaban contentos, el del hotel que acogió a los del Laudio estaba contento, el del taxi que llevó a la gente a casa después de la fiesta estaba contento. Es un círculo vicioso en el que todo el mundo sale ganando.
360 – Dentro de un año habrás acabado la carrera. ¿Qué esperas de ti y de tu vida como periodista en el futuro?
JLA – Esa es la pregunta que me hago muchas veces. A ver cómo están las cosas con Tribuna Deportiva cuando acabe, porque de momento no da ingresos. Como siempre he sido una persona extrovertida que mete la cabeza donde puede, tengo una esperanza. ¿Por qué no pensar que alguien se va a acordar de ti? ¿O que vas a encontrar curro, o unas prácticas buenas? Eso, siendo optimista. Si soy pesimista, está la opción de marcharse al extranjero. Si me puedo ir unos meses a trabajar por ahí y aprender otro idioma, lo voy a hacer seguro.

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