MARTA CORRAL | Ferrol | Jueves 19 marzo 2015 | 10:02
En plena resaca de la noche más ferrolana del año, rondallistas y madrinas descansan por unos días, para continuar su ronda en las asociaciones vecinales y en las pepitas mugardesas hasta el mes de mayo.
Con las capas reposando en el armario y los instrumentos enfundados, toca hacer balance de la fiesta, que estrenaba su primer año como de Interés Turístico de Galicia, y que ha tenido 15 espectadores de excepción: los touroperadores que el Concello ha traído a Ferrol para que disfrutasen en primera persona de esta singular fiesta de la música.
Pasada la medianoche de la fiesta, el epicentro de la ronda era, sin duda, el mesón Casa Rivera, situado en la calle Galiano. No cabía un alfiler y, las habaneras, se escuchaban desde la plaza de Armas hasta la de España, entonadas por algunas caras conocidas que hacían tiempo antes de recibir a las rondallas que finalizaban allí sus Pepitas.
Una de las roldas, la Agrupación Artística Bohemios, es ya un cliente consolidado del local e incluso despide a su madrina desde el balcón del estableciemiento, engalanado para la ocasión. Antes del fundido a negro de esa noche mágica para muchos, han tenido que repetir repertorio en el Club de Campo, el Club de Suboficiales -que, tristemente, cada año está más vacío-, en una repleta plaza de Amboage, en el Casino Ferrolano -también a rebosar-, y en su caso, en el mesón Áncora, en Ferrol Vello.
No sin antes, claro, tocar en la calle. Pasacalles y rondas al pie del balcón, que el tiempo quiso permitir aunque amenazase con llover en un par de ocasiones. Queda claro que la capa y la bufanda tan propias de Pepitas, no son gratuitas, hacen buena falta en marzo, cuando el viento sigue soplando fresco y la noche baja las temperaturas considerablemente. ¡Cuántos catarros han surgido por culpa de las Pepitas, y cuántas afonías!
Este año, por primera vez, Las Pepitas reducían su jornada maratoniana a la tarde. El acto institucional de reconocimiento a madrinas y rondallistas premiados, que también sirve para estrechar lazos con la corporación hermana de Mondoñedo, se celebraba por la tarde y no por la mañana como sucedió en los últimos años.
Un respiro, decían los propios rondallistas, porque «hacemos todo de una tirada» y los que cuenten con una edad más avanzada, se cansan menos y pueden aguantar hasta el final de la ronda, cuando, de la otra manera «a las diez dela noche ya se tenían que marchar para casa».
Nos lo contaba Ángel Cebral, componente de Bohemios que, junto a Andrés Íñiguez -más conocido como Suco-, y también de la misma rondalla, esperaban en los soportales del Jofre a que se aclarase el un tanto caótico proceder par comenzar la ronda. Al finalizar el acto, iban subiendo al balcón del Jofre las madrinas una por una -de dos en dos, en el caso de las rondallas que cuentan con madrina infantil-, mientras sus ahijados les cantaban en plena escalinata, antes de dirigirse en tropel a cantar por las calles de A Magdalena.
Dicen no estar nerviosos, pues ya son años acostumbrados a lucir capa y escarapela, acompañados también de sus mujeres, sus hijas y, ahora, también sus nietas. Hablando de ellas, no pueden evitar una sonrisa. Se les nota la debilidad.
En el caso de Suco, su nieta Aitana ha sido el pasado año madrina infantil de la agrupación: «Un privilegio muy grande, me emocionó mucho», confiesa, al tiempo que la niña se hace la despistada mientras pone la oreja en la conversación. Ella empezó con su mini capa a los ocho meses y ahora, con 8 años, sigue sin perderse ni una noche de Pepitas.
Ángel también tiene motivo de orgullo este año. Su nieta, Carmen, de apenas diez mesitos, se estrenaba en la ronda este jueves, con la capa colgando del carrito, esperando a que se despertara de la siesta: «Nosotros nos esforzamos mucho por las niñas, queremos que entren aquí, para que exista la renovación», aclara.
«La edad media de nuestra rondalla es de unos 60 años y queremos que desde pequeñitos les empiece a gustar», nos cuenta Ángel, recordando que Bohemios dispone de una escuela de pulso y púa gratuita, en la que desde pequeños pueden aprender guitarra, laúd, mandolina o bandurria: «Trabajamos para que a los niños de Ferrol les guste acudir a esta fiesta de las Pepitas después de haber aprendido a tocar y a cantar».
En mitad de la conversación aparece Asier. Cualquiera que se tope con él por la calle, sin capa claro, no pensaría nunca que tras sus pendientes y su pelo largo, se esconde un rondallista de veintipocos.
Su padre y su hermana Andrea ya llevan años, aunque él tuvo su bautismo de Pepitas el año pasado: «Es bonito andar por la calle tocando, y apetece. Me gusta tocar la guitarra, me gusta la música, no todo es vals» nos cuenta, destacando que él lo pasa bien con los demás rondallistas, pues «son más coñeros que los jóvenes».
Él, que espera «jubilarlos a todos», reconoce que acaba muy cansado en una noche de ronda como ésta, pero aunque le duelan los dedos, «sarna con gusto no pica».
Citas rondallísticas hasta el mes de mayo
Pero las roldas no se acaban aquí. El Concello ha puesto en marcha un programa de actuaciones por las asociaciones de vecinos hasta el próximo mes de mayo.
Así, el día 12 de abril a las seis de la tarde, actuarán en la AVV de Covas, Bohemios y Sonidos del Alba. Ese mismo día, pero en la AVV Cruceiro de Valón, a las 20:00 horas, Club de Campo y Añoranzas.
El día 18 de marzo estarán Club de Campo y Añoranzas a las 19:00 horas en la AVV Ensanche A, mientras que Bohemios y Sonidos del Alba, actuarán el día 19 en el Salón de Actos del Campus de Esteiro a las 17:30 horas.
El 25 de abril a las 19:00 horas, cantarán en Santa Icía la rondalla del Club de Campo y Añoranzas, haciendo lo propio en San Xurxo a la misma hora, Bohemios y Sonidos del Alba.
El 2 de mayo le tocará el turno a la AVV Viladóniga, en Vilasánche, a las 19:00 horas, con Club de Campo y Añoranzas; y a Bohemios y Sonidos del Alba a las 19:30 horas en la AVV Santa Uxía de Mandiá.
Por último, el 9 de mayo a las siete de la tarde, tocarán en Serantes y en Pazos.
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