FERROL360 | Jueves 7 diciembre 2017 | 10:29
Eso de «más que un club» en Ferrol nos suena ya desde los sesenta. El OAR Ferrol, baluarte de la ciudad naval durante tres décadas, símbolo de una familia verdiblanca y entrañable, recibía este miércoles un homenaje en en pabellón que vió su primer ascenso a la máxima competición del baloncesto en España en el año 80.
Punta Arnela se llenaba cada domingo como si fuera una caja de fósforos y en su entrada luce ya una placa que lo recuerda, en honor a todas aquellas personas que fueron capaces de ilusionar con el baloncesto a un pueblo entero, ahí donde «se forxou a lenda».
El alcalde, Jorge Suárez, acompañado de ediles de la Corporación, descubrió la placa junto a Juan Fernández, el que fuera el presidente oarista que más tiempo estuvo a la cabeza del Club.
Estaban presentes jugadores míticos como Anicet Lavodrama, Manolito Aller, Miguel Loureiro, Alberto Albalde o Miguel Piñeiro, también antiguos directivos como Antonio Barros, Tomás Blanco, Eduardo Álvarez o Francisco Rodríguez y, por supuesto, técnicos, preparadores y trabajadores de la entidad.
Suárez apeló al espíritu de unión del OAR como un camino seguro al éxito y un orgullo para un pueblo, mientras Lavodrama también quiso remarcar la suma de esfuerzos para conseguir los objetivos más ambiciosos, con un discurso que arrancó diversas bromas sobre una hipotética participación del pívot en los futuros comicios municipales.
El acto se desarrolló enmarcado en el evento Nacidos en Tierra de Baloncesto promovido por antiguos miembros del club, que reunió en FIMO a nostálgicos y aficionados al baloncesto, desde los más pequeños a los más talluditos.
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