M. CORRAL | Ferrol | Viernes 4 septiembre 2020 | 13:15
El barítono ferrolano Gabriel Alonso empezó su carrera en la lírica en el año 2011 de la mano de su pareja de aquel momento, que estudiaba canto. «Seguí gracias a mi maestro, Juan Jesús Rodríguez, que me ha hecho amar esto», nos contesta a vuelta de correo en los ratos que le dejan los ensayos de La Verbena de la Paloma que este viernes y el sábado pondrá en escena en el Teatro Colón de A Coruña.
Reconocido como el alumno más sobresaliente en la Cátedra de Canto de la Escuela Reina Sofía, Alonso todavía no ha tocado techo y, confiesa, que «el sueño es muy largo, es eterno, y eso es lo apasionante de esta carrera. Siempre hay una meta superior que es cantar cada día mejor aunque estés en lo más alto. En el momento que uno ve que no puede dar más o que pierde la energía de mejorar, es mejor dejarlo porque eso lo percibe el público y se hace imposible conmover».
Él no se esperaba el reconocimiento en la Cátedra y se sintió recompensado por «el esfuerzo y el trabajo»: «Me lo concedió el claustro de profesores por unanimidad y lo recibí con mucha ilusión porque nos tocó vivir, además, un fin de ciclo con la despedida del maestro Ryland Davies, que deja la Escuela. Haberme concedido este premio antes de irse me resulta emocionante».
Cantar en la nueva normalidad
La primera actuación de Alonso en esta llamada nueva normalidad se produjo en agosto, cuando cantó El Barbero de Sevilla y participó en un concierto para público reducido de la Banda de Pontevedra. Asegura que «los protocolos nos hacen cumplir medidas muy exigentes: distancia de seguridad incluso en escena, sentarnos siempre en las mismas sillas, desinfección de objetos de escena cada vez que los tocamos, no tocar absolutamente nada de ningún compañero, y un sinfín de medidas».
Pese a cumplir escrupulosamente las exigencias del contexto sanitario, denuncia Alonso que «la Administración autonómica nos recompensa reduciendo el aforo a 60 personas en un teatro de casi 800 butacas» y apostilla que «resulta incomprensible cómo se pueden ver bares, trenes y aviones llenos mientras los teatros están vacíos cuando está demostrado que no ha habido ni un solo contagio desde su reapertura».
Para el barítono se trata de un extremo «inadmisible, lamentable y denunciable públicamente. No solo impacta, sino que resulta desolador e injusto para una industria de la que viven cientos de miles de personas», por eso agradece «el valor de Amigos de la Ópera de A Coruña y su dirección artística, que ha decidido llevar el espectáculo adelante mediante streaming gratuito para todo el mundo, en lugar de cancelar que hubiera sido ‘lo fácil’».
La cultura en Ferrol
Le preguntamos a Alonso cuándo tendremos la suerte de volver a verlo en los escenarios ferrolanos y el gesto se le tuerce. «No lo sé. No tengo nada en Ferrol en mi agenda y, sinceramente, viendo cómo está el panorama cultural en la ciudad, creo que tardaré en volver», se sincera, criticando abiertamente la gestión del actual concejal de Cultura de la ciudad, Antonio Golpe, al frente de un área que no hace mucho tiempo brillaba con luz propia.
«En Ferrol hemos pasado de tener a una persona en la Concejalía que conocía el sector, que pertenece al mundo del arte, que tenía ganas de trabajar y de hacer cosas buenas, a una Concejalía florero en este equipo de Gobierno. Su nombramiento fue una decepción para todo el sector y ha cumplido exactamente las expectativas que teníamos puestas en él: ninguna», asegura.
Alonso reconoce que «la cultura es difícil de gestionar; pero es todavía más compleja cuando no se tienen ni ganas, ni idea de cómo hacerlo», afirmando que tiene constancia, por personas del contexto cultural de la ciudad, de que Golpe «no accede a reuniones con colectivos del sector, no contesta llamadas, no se preocupa por nada que tenga que ver con sus áreas»: «¿Haber ganado unas elecciones te da inmunidad para no hacer nada durante cuatro años sin consecuencias? Yo creo que no y, por eso, exijo su dimisión o su cese inmediato por parte del señor alcalde».
La Banda Ferrolá de Música
Con la problemática de la Banda encima de la mesa y como antiguo alumno del Xan Viaño, preguntamos a Gabriel Alonso cómo podría solucionarse y parece tener la clave. «La solución es muy simple. Yo diría que más simple que nunca. Hay una sentencia firme que declara a los músicos como personal laboral indefinido no fijo del Concello de Ferrol. Es tan fácil como ejecutarla y efectuar los nombramientos», resume, criticando una vez más la respuesta de Golpe.
«En el último pleno intervino un miembro de la banda exponiendo y denunciando la situación, y el concejal tiene la desfachatez de escudarse en los técnicos y dice que se está tardando tanto —ocho meses— porque está pensando en una formula de ‘contratos atractivos’. El Concello solo tiene que ejecutar la sentencia y será el músico quien decida si le resulta atractivo o no. Y en este último caso tendrá que dejar su plaza. Eso es todo. Solo se necesita voluntad política».
Añade Alonso la necesidad de reivindicar que la banda «es la envidia de la mayoría de ciudades gallegas en cuanto a calidad, un caramelo que no están sabiendo aprovechar. Un lujo que tenemos que cuidar como oro en paño; pero en la que los músicos cobran de 254 a 190 euros, una miseria. Y aún así llevan 8 meses sin cobrar. Es de vergüenza», reitera.
Los recuerdos y el futuro
Cree Alonso que Ferrol podría hacer mucho más por la cultura de lo que está haciendo. Propone dos medidas «fundamentales»: «Tener al frente de la Concejalía a una persona conocedora del sector y del mundo cultural, y por supuesto dotar de fondos al área. Sin dinero no se puede hacer nada. Y no olvidemos que la cultura es lo que nutre a los pueblos. Un pueblo sin cultura es un pueblo ignorante, huérfano de sabiduría. Y Ferrol no se lo puede permitir y resignarse a esperar. Llamo a la movilización del tejido cultural, con unidad, para revertir la situación lamentable que estamos viviendo en el último año».
Mientras que no llega esa movilización o el resto de cambios que enumera el barítono, que se ha convertido en uno de los hilos que teje el orgullo ferrolano, le pedimos que haga memoria y nos lleve de la mano a los escenarios donde ha vivido los momentos más especiales hasta la fecha. «Me quedo con haber cantado en salas maravillosas como el Auditorio Nacional, por ejemplo. También con haber recibido lecciones magistrales de gente que lo ha sido todo, como Ruggero Raimondi o Teresa Berganza. Y, por último, con un concierto para la Asociación Española Contra el Cáncer, in memoriam a mi madre, en el que se recaudaron unos 7.000 euros».
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