FERROL360 | Miércoles 19 abril 2017 | 13:11
José Marín Ameneiros es periodista. Bueno, lo era. Era lo suficientemente periodista como para ser uno de los fundadores de Ferrol360, dejarlo todo e irse a Australia para «aprender inglés y demostrarme que podía ser autosuficiente lejos de casa». No podíamos inaugurar sección Diagnóstico: morriña entrevistando a otra persona que no fuera este madrileño de 28 años que, en realidad, es más cedeirés que el «Son de Cedeira» aunque esté en Sydney.
Ferrol360 – ¿Cuántos años llevas fuera?
José Marín Ameneiros – Pues mira, a principios de marzo se cumplieron dos años desde la primera vez que aterricé en Australia, aunque he vuelto un par de veces a Cedeira, una de ellas por cinco meses.
360 – ¿Por qué te fuiste?
JMA – Al principio piensas que la razón principal es mejorar el inglés y bla bla bla, pero en el fondo quería demostrarme que podía ser totalmente autosuficiente e independiente lejos de casa. Muy lejos.
360 – ¿Qué dificultades te encontraste al llegar? ¿Qué fue lo más difícil o aquello a lo que te costó más acostumbrarte?
JMA – El principal problema, al menos para mí, fueron las amistades. Vengo de Cedeira, donde somos una pandilla de toda la vida y, aunque al hacernos mayores tengamos cada uno nuestra vida, siempre estamos ahí los unos para los otros. Aquí de eso no hay. Todo el mundo va y viene. Conoces a alguien con quien conectas bien y al mes se vuelve a su país, y tienes que volver a empezar. Los grupos de amigos son muy cambiantes, es complicado mantener algún colega por mucho tiempo.
360 – ¿Cuáles son los pros y contras de estar fuera?
JMA – Los contras te podrá responder todo el mundo lo mismo: estás lejos de la familia, de los amigos de toda la vida, la comida gallega y tal. Pero, por otro lado, en Sydney el tiempo es mejor, hay más oportunidades de trabajo y los salarios son mejores, es una ciudad muy cultural y con mucho que hacer, y aprendes a relacionarte con cualquiera y a perder un poco el miedo y la vergüenza.
360 – ¿Cómo es un día de tu vida?
JMA – Hace un año te lo podría haber descrito perfectamente. Tenía una rutina. Ahora, por temas de visado, tuve que cambiar de contrato y todo se volvió imprevisible. Puedo ir a clase el lunes, salir de noche un martes, estar tirado en la playa el miércoles y luego trabajar cuatro días seguidos. Es difícil que un día se parezca a otro, pero creo que eso es bueno.
360 – ¿Has encontrado muchas diferencias culturales entre tu país de origen y en el que resides?
JMA – ¿En Sydney? Todas las del mundo. Aquí hay colonias enormes de chinos, japoneses, indios, brasileños, europeos de casi todos los países… Así que imagínate. Entonces esta ciudad es una mezcla enorme de costumbres, cada cual con la suya. A mí siempre me llamará la atención, a parte de esa cosa australiana de ir descalzo hasta al supermercado, la hora de la cena. Si sales a cenar fuera, a las nueve de la noche casi que ya te traen la cuenta sin que la pidas para irte echando. Cuando tenemos cena de pandilla en Cedeira, ¡a esa hora aún estamos en el bar sin habernos ido ni a cambiar!
360 – ¿Qué consejos darías a alguien que está pensando en coger las maletas e irse a otro país?
JMA – Que no lo piense, que se vaya. Para volver a casa siempre hay tiempo. Para irte a ver mundo llega un punto que igual ya es tarde.
360 – Un sitio preferido de Cedeira y otro de Sydney
JMA – En Cedeiriña, cualquiera. Sonreiras, la Candieira, San Andrés… Aunque solemos ser muy de San Antonio y la puesta de sol. En Sydney me gusta mucho la zona de la Opera House. Ves toda la bahía y las dos orillas, los muelles de Circular Quay con los barcos yendo y viniendo, el Harbour Bridge… Y claro, la propia ópera, que después de haberla visto en fotos y en la tele, impresiona verla ahí en directo. Y si tengo que decir un lugar que no sea típico, Watsons Bay. Es una calita que hay en la punta Este de la orilla Sur de la bahía, muy tranquila, desde donde se ve toda la ciudad al horizonte.
360 – ¿Te planteas volver?
JMA – Home, la Patrona nunca me la perdería. (Risas) ¿Volver definitivamente? Seguramente sí, no me veo viviendo aquí por muchos años, pero vai ti saber.
360 – ¿Qué echas más de menos de Cedeira?
JMA – La tortilla de patata de mi madre, las cenas de pandilla, los pinchos del Galifornia, la tranquilidad de mi casa… Yo que sé, todo, hasta hacer los míticos paseos muelle-San Isidro en coche.
360 – ¿Cómo se ve Cedeira desde fuera?
JMA – Yo percibo que todo sigue igual, más o menos. O eso me cuentan. Aunque todo el mundo está teniendo hijos por allí, ¡y no creo que eso sea seguir igual! (Risas)
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