RAÚL SALGADO | @raulsalgado | Ferrol | Viernes 27 septiembre 2013 | 14:07
La situación en el sector naval de la ría de Ferrol es «dramática». La CIG también lo tiene claro. Los responsables de su sección sindical en el astillero de Navantia Ferrol han alertado este viernes sobre la «caída radical na carga de traballo», censurando que el presidente de la compañía cuestione la «competitividade da empresa» y lo «obsoleto da nosa capacidade».
Marcelino Amado, delegado de la central sindical, ha reiterado las quejas por la «pouca eficacia na acción comercial», alertando sobre la pretensión de la dirección de «tomar medidas laborais bastante drásticas». Amado ha tildado de «inoportunas» las recientes declaraciones de José Manuel Revuelta, que cree que suponen un «desatino» y que «non obedecen a unha verdadeira intención de resolver os problemas de carga de traballo».
El sindicato nacionalista remarca que las plantas de Ferrol y Fene han finalizado sus encargos «sempre en tempo e custe», pese a lo cual sus plantillas padecen un «decrecemento» salarial. El plantel del grupo público se ha mantenido en los últimos años, según la CIG, pero ha aumentado en las áreas de técnicos superiores y alta dirección en las oficinas centrales de Madrid. Hasta en un 25 %.
Sistemistas
Sobre los problemas resaltados por la firma en torno a su labor como sistemistas, recuerdan desde la central que se invirtieron más de 15 millones de euros en nuevos sistemas que sustituyeron a otros más eficaces, premiados, vendidos a países como Australia y creados en la zona.
Las carencias económicas de Navantia se concretan también en la reciente dotación de 600.000 euros para complementos en necesidades contables. En su opinión, no se apuesta por esa misma faceta como sistemistas «que agora critican».
Los delegados también se han referido al futuro en el sector militar. Se requiere, a su entender, una labor comercial que suponga la plena implicación del Gobierno, «ao máis alto nivel». Piden mayor énfasis en las acciones para conseguir ese tipo de contratos, pese a que observen una intención de dar una «volta de torca» hacia una «empresa reducida».
Contratos
Advierten de la pretensión de vaciar de contenido los «gremios tradicionais», algo que ya habría provocado el «descontento» de mandos intermedios de la compañía. No lo dudan: prima la «orientación política» y les «importa un bledo a orientación técnica». Las impresiones de la CIG apuntan a un progresivo aumento de la subcontratación y, por ende, de la precariedad laboral y de la privatización de servicios dentro de la empresa.
El contrato anunciado esta semana con la naviera del gallego Fernández Tapias lo enmarcan en un «intento de desviar a atención», pese a reconocer que es «bo, importante e necesario». Pero piden que el departamento de Carenas pueda «explotar as súas potencialidades» y que el organigrama directivo sea estable.
Condicionantes que llevan a la CIG a sostener que se tendría que haber producido el «cesamento fulminante» del presidente de Navantia, sobre todo por sus «declaracións en contra da empresa que dirixe». «El e o seu equipo», dijo Manuel Grandal, portavoz nacionalista en la antigua Bazán Ferrol.
Autonomía
Grandal afirmó que la unidad productiva de la ría «non ten futuro se non ten autonomía plena para traballar no seu mercado». Destacó que en Ferrol-Fene se registraron ganancias por 101 millones de euros en los últimos cinco años, frente al «saco sen fondo» de la central de Madrid, con 19,6 millones en pérdidas tras ese mismo quinquenio.
Todos los centros, salvo los gallegos, se quedaron fuera de las ganancias, incluso contando con carga de trabajo.
Asimismo, la masa salarial en Navantia Ferrol-Fene ha caído en casi 5 millones de euros desde 2010 solo en conceptos fijos. Por todo ello, los nacionalistas insisten en que los trabajadores «non son culpables do grande desastre económico que nos están a plantexar». Y creen que hay capacidad competitiva, con proyectos como el LHD o las diferentes fragatas.
Eso sí, se ha incurrido en un «problema terrible», dijo, al apostar por «tecnoloxías alleas». Grandal remarcó que el dique flotante es «obrigatorio» y que es «fácil facelo». «A Unión Europea non pode negarse», aseveró, porque es «vital para esta comarca».

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