FERROL360 | Miércoles 4 de diciembre de 2024 | 12:26
La CIG denuncia la situación de la Residencia de Mayores de Caranza, la única de gestión directa de la Xunta de Galicia en la comarca junto con la Residencia de Mayores de Ortigueira. Comienzan señalando a las instalaciones, calificándolas como antiguas, necesitadas de reformas y «con estancias que se inundan en cuanto llueve». También señalan los «reiterados» anuncios de los distintos gobiernos sobre la colocación de la primera piedra para comenzar las obras de una nueva residencia en el recinto de Caranza. Todo esto lo ven como «parches y obras de remodelación que no logran dotar a la comarca de un edificio con una calidad arquitectónica y funcional acorde con la dignidad y las necesidades de nuestras personas mayores».
En cuanto al personal de la Residencia de Mayores de Caranza, aseguran que está sobrepasado física y psíquicamente por unas condiciones laborales cada vez más deterioradas. Señalan que siguen siendo plantillas escasas, con ratios que no son reales, con personas que tienen que modificar sus permisos y vacaciones porque no hay personal para sustituciones o no se contrata; porque se firman acuerdos que después se aplican de forma unilateral y no se reúnen las comisiones de seguimiento. En determinadas categorías, según exponen, no existe personal que contratar como consecuencia de las condiciones laborales que se ofrecen: salarios, modificación de turnos, etc., que hacen que el personal sociosanitario opte por trabajar en el Sergas o en empresas privadas que les ofrecen contratos indefinidos.
También hacen mención a las personas responsables mediatas e inmediatas de la gestión del personal: tanto por parte de la Consellería como de la Dirección. En el primer caso, señalan que no ponen remedio a la falta de personal, justificando ratios escasos y desviando responsabilidades hacia la Consellería encargada de las contrataciones. En el caso de la Dirección inmediata, aseguran que no reclaman a los gestores de lo público y hacen recaer en el personal la carga de prestar un servicio de cuidados y atención a personas cuando no hay recursos y falla toda la cadena organizativa.
La residencia lleva sin médica, por baja laboral, desde el mes de junio, y aseguran que no se ha sido capaz de encontrar una profesional para su sustitución. De forma provisional, explican, acude la médica de otra residencia dos tardes a la semana desde hace dos meses. Pero esta solución es insuficiente porque hay residentes con cuidados paliativos y con patologías crónicas agudizadas que necesitan atención diaria, por lo que es necesario resolver de forma permanente y adecuada las necesidades médicas de las personas usuarias de la residencia.
Por otra parte hablan también de las obras, casi terminadas, para la futura residencia de mayores de Bertón. Explican que la Xunta de Galicia entregará este edificio para la gestión y los beneficios privados, abandonando la gestión pública directa «que tanto elogió y que funcionó durante la pandemia». La Federación Sindical Gallega advierte de su oposición frontal a que esta residencia sea de gestión privada y a que los servicios públicos se conviertan «en una fuente de negocio empresarial».
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