M. CORRAL | Ferrol | Lunes 6 abril 2020 | 20:20
Cuando el coronavirus confirmó lo que era la crónica de una cancelación anunciada, muchos medios de comunicación titulamos diciendo que se cancelaba la Semana Santa. Un error por nuestra parte, porque lo único que no tendremos este año serán procesiones en la calle. Más que nunca, irán por dentro.
Porque esta Semana de Pasión se está viviendo intensamente gracias a las redes sociales y al entusiasmo de los cofrades y músicos que sacan los altavoces a la calle para ponerle banda sonora a ritmo de marcha al aplauso de las ocho. Así, el vecino que pincha en mi calle, este Domingo de Ramos nos regaló Corazón de San Juan, entre otras. Impagable llanto de capillitas.
No ha habido bendiciones de ramos multitudinarias, estampitas y risas de niños retumbando en Amboage; pero la gente ha estrenado, ha quemado incienso y le ha ayudado a sus hijos a hacer sus propias palmas en un día mágico donde antes del COVID-19 habrían salido a la calle las cofradías de la Angustia, Dolores y la Soledad.
Afortunadamente la tecnología nos echa un cable en este sentido y desde el Facebook de la Junta podemos ver las procesiones de otros años en tiempo real. Hoy, Lunes Santo, Cristo Rey y la Virgen de la Amargura nos esperan dentro de este corralón ficticio que no se abrirá físicamente, pero sí emocionalmente, entre cornetas.
Y escribo estas líneas mientras mi vecino pincha le ha dado al play de nuevo para poner una grabación de los niños de Cristo Rey cantándole a la imagen de su colegio —uno de los momentos más emocionantes de nuestra Semana Santa—, y para continuar con una Saeta que ha arrancado otra ovación vecinal. Lagrimita again.
Capuces colgados en los balcones, faldones y palmas. Incensarios en los maineles y la tranquila certeza de que este año la lluvia no lo estropeará. Este 2020 está siendo el de los recuerdos, el de las peticiones en voz baja, el que se va a recordar para siempre. Porque esta vez la penitencia no llega en forma de banzo o de pies que arrastran cadenas, sino que ha adoptado la peor forma de todas para ponernos a prueba: la de no poder abrazar a nuestros seres queridos.
Nos vemos en el Facebook de la Junta a partir de las 21:00. Cristo Rey y el palio de la Amargura, de la Cofradía de Dolores, volverán a doblar la esquina, solemnes y majestuosos, una vez más. Y eso no hay virus que lo pare. Al cielo con ellos.
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