
JOSÉ MARÍN AMENEIROS | Viernes 5 julio 2013 | 14:04
A solo seis días para el inicio del 29º Festival de Ortigueira, por la villa ortegana empiezan a olerse las primeras notas musicales de ese plato con sabor celta que lleva décadas deleitando a público de toda Europa. El más conocido por su alias, Mundo Celta, arranca el próximo jueves con una oferta de conciertos que tendrán a Irlanda como protagonista. Serán un total de 15 actuaciones, gratuitas como manda la tradición, acompañadas de toda suerte de actividades y servicios que hacen de Ortigueira, un verano más, parada obligada como una de las mayores fiestas del estío gallego.
El festival colocará en el escenario a grupos difíciles de ver en directo en España; este año predominan las formaciones irlandesas. A su lado, no va a faltar un amplio elenco de bandas gallegas, gracias al empeño de la organización por seguir potenciando los músicos autóctonos. El arroz de toda esta paella de conciertos será, según la organización, Gwendal, mítico grupo bretón que celebra su 40 aniversario; Guidewires, con un directo que promete ser impactante; o Kan, un innovador proyecto del dúo Finnegan y O’Rourke. Y, como estrella de todas las actuaciones de color blanco y celeste, el retorno de Os Cempés.
Destaca también la importancia del Proxecto Runas, para apoyar a las formaciones emergentes de Galicia. Gracias a él, los cuatro grupos semifinalistas tocarán sus acordes el jueves para ganarse una plaza fija en el festival del próximo año. No faltarán asimismo los tradicionales desfiles de bandas de gaitas por las rúas orteganas.
Ortigueira, una villa con algo menos de 7.000 habitantes, va a ver durante cuatro días elevada su población hasta las 50.000 personas, que son las visitas que el Concello espera en el municipio con motivo del festival. El principal núcleo de esta marea humana se concentrará, una vez más, en la playa de Morouzos. Allí se habilita la sempiterna zona de acampada, que a buen seguro, un año más, proporcionará las escenas más divertidas y surrealistas de todo el festival. El arenal va a acoger unas 7.000 tiendas de campaña, convirtiéndose así en la “décima ciudad gallega”, según la organización.
Eso sí, el Concello de Ortigueira prohíbe por segundo año las carpas dance, con el objetivo de mejorar la seguridad y acabar con actividades calificadas por la organización como “molestas”. Por ello, está vetado el acceso a Morouzos con generadores, equipos potentes de música, bombonas de gas o planchas de cocina. También piden los organizadores que se respete el ámbito natural de la playa, evitando pisar el cordón de dunas y sin hacer hogueras en el piñeiral. Además, se proporcionarán bolsas de basura para contribuir a la limpieza de la zona.
Paralelamente a la música y más música, se van a desarrollar una serie de actividades culturales. Por ejemplo, un par de exposiciones de fotografía: Momentos, la visión de un fotógrafo –Toni Rego- sobre el festival de 2012, que se podrá ver en la Casa Consistorial; y Galicia’s dream, una obra de Vicente Ansola, o retratista de Vilaeimil, acerca del contorno natural y paisaje humano de esta pequeña aldea. También están programados una serie de obradoiros folk, la habitual feria de artesanía y una pequeña novedad. Ésta consiste en la proyección de un documental rodado por dos cineastas americanas, quienes muestran su vivencia personal del evento. Será estrena el viernes día 12 en el Teatro de la Beneficia.
Por último, cabe destacar otros servicios que oferta el Concello de Ortigueira como organizador del evento. El ayuntamiento explica que, debido a la actual situación económica, tuvieron que recortar gastos, quedando el presupuesto final en unos 300.000 euros –cifra parecida a las de hace más de una década-. Por este motivo, se cobrarán algunos servicios, tales como un párking vigilado cerca del centro urbano -15 euros antes del sábado; 10 si se entra el fin de semana-; transporte en autobús, por 1 euro el trayecto, entre las zonas neurálgicas del festival; además de puntos de información, zonas de restauración y bebidas y operativos especiales de limpieza y seguridad. Todo para que, un año más, las auténticas y únicas protagonistas del Festival de Ortigueira sean la música y la diversión.

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