ALICIA SEOANE | Jueves 20 de marzo de 2025 | 13:00
Patricia Cabrera es la actual coordinadora deportiva del BAXI, llegó de Gran Canaria a Ferrol hace diez años cuando Lino López la fichó en el equipo. Aunque nunca habría imaginado vivir en un sitio donde llueve a mares, cuando hace tres años decidió retirarse del baloncesto profesional, y Ricardo Aldrey pasó a ocupar el puesto de concelleiro de deportes, le ofrecieron llevar el puesto de coordinadora deportiva del club, entonces decidió que su lugar estaba en Ferrol y con el BAXI.
La Fundación Universitaria de Ferrol tiene como objetivo promocionar, desarrollar e impulsar el deporte, poniendo especial atención en la participación de las mujeres, universitarios y personas con capacidades diversas. Además de promover la inserción socio-laboral de los deportistas, uniendo la cultura, la enseñanza y la práctica deportiva para el desarrollo integral de la sociedad y contribuir así a la formación de una juventud más sana desde el punto de vista personal y social.
Patricia Cabrera presentó un proyecto formativo alineado con los intereses de la Fundación Universitaria, y comenzó a coordinar a la cantera del BAXI, «la cantera ha ido creciendo ya desde hace unos años, cada vez tenemos más niños y niñas que se quieren apuntar, ahora mismo rondan los 230 más o menos».
También ha crecido el número de entrenadores, a día de hoy la cantera cuenta con unos 20 entrenadores, y algunas son niñas de 16 y 17 años, han pasado a ser ellas mismas formadoras, «hemos empezado con el proyecto de formar entrenadoras porque vemos que el baloncesto está muy demandado».
Los entrenamientos se realizan en diferentes pabellones municipales, y de algunos colegios que ceden sus espacios como Esteiro, Isaac Peral, el Ponzos, el pabellón del Ensanche, el colegio Ledicia, en Caranza, en total unos seis pabellones donde entrenan equipos de basquet.
Los equipos suelen ser femeninos, masculinos, y a veces mixtos, «los más pequeños de 4 años empiezan en la escuela en equipos mixtos para ir aprendiendo. Ellos no tienen competición, se hacen unas jornadas de baby básquet para que se inicien en esos partidos, pero la competición como tal la empiezan en premini que es cuando tienen 7 u 8 años».
La etapa de formación termina termina cuando llegan a la edad de los diecisiete, dieciocho años, que es cuando pueden dar el salto a una etapa profesional.
Escuela inclusiva
Al abrir la escuela inclusiva la idea era poder abrir algún equipo con el que competir, pero el número de inscritos superó las expectativas, unas 80 personas de diferentes edades, de niños a personas de 80 años, «era inviable sacar un equipo porque son tantas personas que no todos pueden competir. No quisimos dejar a nadie fuera, pues los beneficios para estas personas de la práctica deportiva son enormes».
Ferrol siempre fue una ciudad con mucha afición al baloncesto, y eso se nota en la cantera, con el tirón del BAXI y su inmenso trabajo en la Eurocup Women, « al llegar junio, que es cuando hacemos la jornada de puertas abiertas, notaremos que aumentan las inscripciones, y más con el éxito del equipo esta temporada», añade Cabrera.
El salto al baloncesto profesional
Desde la cantera el trabajo es muy realista, son conscientes que vivir del baloncesto profesional no es una profesión de por vida, y no es sencillo, por eso fomentan el compaginar esta carrera con los estudios, «Para que puedas plantear esto como una profesión se tienen que dar muchas casuísticas, la estatura, etc… para la escuela la formación ahora mismo es vital, intentar formarlas lo máximo posibley si hay algún caso, como el de Elena Baldonedo las apoyamos, pero siempre siempre con los pies en la tierra».
Brecha de género
Aunque en el deporte femenino la inversión siempre es inferior que en el deporte masculino, en este caso la brecha está también en relación a deportes minoritarios frente a deportes mayoritarios, «en deportes como el fútbol, la inversión es muy superior a cualquier deporte. El baloncesto no mueve tanto dinero, pero las cosas están cambiando, y también en el baloncesto femenino, que estamos viendo que llena pabellones, ya no solo en Ferrol sino también en otras ciudades como Zaragoza. La situación está cambiando».
El baloncesto aunque no mueva tanta gente como el fútbol, es un deporte con mucha afición, pero también en carreras profesionales masculinas es muy complicado, «en el caso de los hombres al haber más, les exigen muchas más condiciones, no es un deporte sencillo en este sentido en ninguna de las categorías, y al haber menos inversión en femenino, todavía más».
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