JAVIER ONTAÑÓN | Martes 10 de diciembre de 2024 |
Entre otros extremos, de mi profesión me gusta la exigencia de estar en continuo estudio y adaptación con el avance social, de las tecnologías… en definitiva, de todas las esferas en las que haya relaciones entre personas físicas y jurídicas.
Siempre hay nuevos contextos y entornos donde hay nuevas regulaciones e interpretaciones. Y siempre hay nuevas maneras de expresarse y de comunicarse. Recuerdo en la década de 1990 a 2000 lo raro que parecía y casi se asociaba a ser un cuadro, conocer a tu pareja por internet. Ahora es lo más común y frecuente, si me apuras.
Recuerdo cuando estaba en la pomada, en la cresta de la ola, como exponente y usuario de lo novedoso, de lo moderno; y como las expresiones de nueva hornada eran utilizadas por mí con soltura.
A principios de este año, con motivo de atender a gente joven en mi campo profesional, escuché que hablando entre ellos, utilizaban el término «PEC».
Hace un tiempo, cuando algo te molestaba o te incomodaba, se decía «esto/e (situación, persona…) me está dando por el culo» o «vete a tomar por culo». Era algo peyorativo, era un desvalor, una queja sobre algo que te estaba haciendo sentir una mala sensación de hartazgo o fastidio.
Resulta que hoy en día «PEC» es el acrónimo de «Por El Culo» y se utiliza cuando algo mola, esta guay y te gusta. Por citar un ejemplo: «este libro PEC», lo que viene a decir literalmente: este libro me lo meto por el culo.
Ese giro semántico no sé a que se debe. ¿Se ha abandonado la idea de que esa zona y su utilización en sentido contrario es mala o reprobable? ¿La nuevas generaciones se han desprovisto de tabúes y confirman que es grato y se puede asimilar a una expresión como fórmula de elogio? ¿Es una expresión que evidencia o integra un avance social y una oposición a encorsetamientos sexuales arcaicos?
No lo sé, pero creo que me estoy quedando atrás… y eso no es «PEC».
Debate sobre el post