Texo y fotos: Lara de la Iglesia | Domingo 4 de agosto de 2024 | 19:24
Cuenta la tradición que, siglos atrás, había muchos viñedos por la zona de Ares. Un día, una peste atacó las vides y la cosecha se perdió, por lo que los afligidos aresanos rogaron a San Roque porque no volviera a pasar tal cosa.
Hoy, siglos después (y sin más pestes que dejaran al pueblo sin uvas), el santo sale en procesión por las calles de Ares adornado con racimos que recuerdan su protección.
Sale de la iglesia a paso firme, entre las filas del Grupo de Gaitas Aresán, mientras estos tocan el Himno del Antiguo Reino de Galicia. Ahora sí, San Roque recorre las calles acompañado de su escolta musical y sus fieles.
Finalizando el recorrido por el paseo marítimo, la comitiva se para mientras los cohetes explotan por el aire para honrar al santo que les aseguró las uvas. Una vez termina, la procesión encara de nuevo hacia la plaza de la Iglesia.
La gente empieza a hacer hueco, hay que liberar el centro de la plaza para el baile tradicional en honor a San Roque que realizará el grupo aresano Areas do Mar. Mientras el santo espera a un lado de la iglesia, las bailarinas, desde la más pequeña a la más experimentada, se colocan en el centro de la plaza y, con sus movimientos, captan las miradas de todos.
El baile se acaba, San Roque vuelve a moverse sobre los hombros de sus portadores y el grupo de gaitas entona el Himno de Galicia y la gente presente canta. El santo se retira entre los aplausos de los presentes. Para finalizar el acto y recordar el motivo principal, aún queda una ultima tradición: hay que repartir bolsas de uvas que, gracias a San Roque, no faltan.
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