RAÚL SALGADO / MERO BARRAL | Ferrol | Sábado 2 febrero 2019 | 20:20
Nada nuevo bajo el sol: una derrota duele el doble si has estado acariciando la victoria. Que se lo digan al Baxi, que parece haber agotado opciones de cara a su salvación tras caer en el derbi gallego de este sábado ante el Durán Maquinaria Ensino de Lugo. Y duele casi el triple si has llegado a forzar la prórroga.
Las gaviotas sobrevolaron A Malata antes del duelo. Esta vez había luz de la tarde, quién sabía si sería una señal. Cuando más se necesitaba. Se dejaban ver en la cubierta a su paso. El banquillo lanzó la primera idea y Amarah Coleman transformó la canasta de inicio.
Apuntaba a un comienzo rocoso en defensa y cierta rapidez para apuntalar la efectividad arriba. Sacó partido el cuadro universitario a los desajustes del rival, que no fue precisamente de lo más deslumbrante que ha visitado este año la cancha.
Luego se amansaron las aguas, pero los puntos seguían cayendo a favor con un sistema aparentemente ordenado y una Chatilla Van Grinsven desconcertada por momentos. Tanto en acierto como en capacidad de freno. Una Coleman muy segura de sí misma sacó la chistera a pasear ante un Ensino negado al tiro.
Las lucenses insistieron hasta el aburrimiento y acabaron alumbrando ciertas esperanzas a partir de veteranas como Novo. El empeño amurallado se encontró con el calor de un Baxi que repitió fallos al avanzar hacia terreno enemigo. El caos se adueñó de la escena, los más leves movimientos se pensaban en exceso.
Y la ventaja se difuminó, aunque los dos parciales previos al descanso reflejaron pugna abierta: 20-19 y 37-36.
Las anfitrionas apelaron entonces a Marina Delgado para tranquilizar. Se necesitaba, por más que Ensino tropezase en abundancia. Entró Natalia Rodríguez con su factor peleón, la contienda se estrechó y Chatilla Van Grinsven firmó triple para enmendar antiguas carencias. Al alza, para no oscilar en su rendimiento.
Sería un oasis si se observan sus minutos finales. El cuadro de Lugo perfiló a paso lento un juego más regular para obligar al Baxi a empujar contra su veteranía. El ambiente se caldeó entonces con un arbitraje muy discutible; habitual en el gremio, nunca dispuesto a escuchar quejas.
Es más, el colegiado González Cuervo llegó a desafiar con la mirada a Sandra Prieto en tono amenazanante. Pito lo que quiero, parecía espetarle. No era la mejor materia prima para un buen plato. Las ferrolanas retuvieron su faceta anotadora más por teóricos impulsos repentinos que por sacar un notable en el examen.
Tras el 46-49 ya menos ajustado del tercer segmento, el enfado de la entrenadora fue a más. Por contra, salieron a flote entre la falta de efervescencia foránea. Desenlace agónico, demasiado a un último cartucho. Cámara lenta hasta un 63-66 a dos segundos; 66-66 final por triple de Patri Cabrera. Éxtasis. Prórroga.
Sostenidas en Marina Delgado, en el veneno de la canaria anotadora… pero Ensino estaba feroz, Chatilla Van Grinsven se ahogó y al Baxi le faltó un acelerón. Con el enésimo papel determinante de Coleman, doblegar a un rival empeñado en el do de pecho. Cinco por debajo a 1:09, lo mismo a 31 segundos y en tendencia descendente.
Final finalísimo, un enemigo de nivel tirando a bajo se adjudicó un triunfo por mucho que se presentase batalla con segunda oportunidad. Caras de impotencia, un 70-77 demasiado amplio. Lágrimas. Demasiado doloroso, que ejerce como castigo premonitorio de un camino que ya está plagado de espinas.
(Fotos: Mero Barral© – 2019. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.)
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