MARTA CORRAL | Ferrol | Viernes 9 diciembre 2016 | 9:43
Un Teatro Jofre repleto de público abría este jueves sus puertas a un recorrido sonoro por los 30 años de la rondalla del Círculo Mercantil e Industrial Club de Campo. Un paseo que, lejos de centrarse en la canción tradicional ferrolana, nos llevó de la mano por la zarzuela, el góspel o la canción sudamericana, reivindicando un espíritu musical mucho más amplio que el que suele atribuírsele a estas formaciones.
Presentada por el comunicador ferrolano Pichi Varela -que fue rondallista en la agrupación durante una década-, la gala contó con la presencia del conselleiro de Política Social, José Manuel Rey Varela; el edil de Cultura, Suso Basterrechea, y el presidente de la Autoridad Portuaria, José Manuel Vilariño. Tampoco faltaron a la cita las concejalas populares María del Carmen García Fraga y Susana Martínez Galdós, madrinas del Club de Campo en 2015 y 2013, respectivamente, o el ex edil de Independientes por Ferrol, Juan Fernández, rondallista de honor.
Documentada por la Televisión de Galicia, la rondalla no estuvo sola sobre el escenario. Las voces de Julie Guravich, Ángel Lorrey, Jorge Latino o Belén también se sumaron al aniversario, al igual que la gaita de Arturo Lamas, presidente del Real Coro Toxos e Froles, así como la percusión de Mon Miranda y César Yáñez, o los vientos de Nico Rodríguez, J. Miguel Díaz, Rita Rodríguez, Esteban García y Juan L. Novo. Todos ellos, participando de manera altruista.
Dos horas de música que comenzaron con un emotivo repaso visual por la historia de la formación, que nacía en 1986 de mano de su director, el músico José Manuel Couce Fraguela, que sigue sosteniendo una batuta incuestionable a base de talento, creatividad, sentimiento y trabajo.
Recuerdos para Agustín Sixto Seco, el médico mugardés que contribuyó de manera decisiva al uso del gallego en las letras, así como a su mujer, Fina da Silva, madrina en 1992, o a Mary Corral, que ejerció el madrinazgo en 1994, dejando un recuerdo imborrable entre sus ahijados. Junto a ellos, la rondalla también rindió homenaje al resto de rondallistas que, como diría el escritor Ramón Loureiro, habitan en eso que nosotros llamamos muerte.
Un variado programa
Arriesgando e innovando, como sólo esta rondalla nos tiene acostumbrados, el Club de Campo tiró de invitados para mostrarnos que no hay límites para derribar tabúes. Así, en el Jofre, sonaron los acordes de When the saints go marching in, el Allelujah de Leonard Cohen, Amazing Grace e incluso el Oh Happy Day.
Pero también ha habido sitio para clásicos españoles como Soldado de Nápoles, Islas Canarias o Canto a Murcia. El viaje por Sudamérica llegó con Amalia Rosa, Pico y pala, El cuarto de Tula o un popurrí de otras melodías cubanas y venezolanas, coreadas por el público.
Dos de las canciones de la rondalla que han pasado a formar parte del imaginario colectivo de la ciudad de Ferrol, Olliños de mel y Amada ausente -esta última más conocida como Nas ondas do mar-, tampoco podían faltar a la cita.
Sin duda, como repitió Pichi Varela en varias ocasiones durante la gala, el repertorio que sonó en el Jofre marcará un antes y un después para un mundo rondallista que, sin renunciar a las tradiciones de las que procede, debe abrir la mente y romper clichés para lograr enganchar a gente nueva que asegure un relevo que, hoy por hoy, se antoja complicado.
Desde aquí, sólo queda desearle a la rondalla del Club de Campo, muchos aniversarios más. Y que sigan viniendo repletos de sonrisas, de agradecimientos, de trabajo y de pasión.
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