MARTA CORRAL | Ferrol | Jueves 14 mayo 2015 | 14:25
Aunque no suelo fiarme de los chismes ni tener prejuicios, a veces, el murmullo es tan fuerte y tan constante que, sin darte apenas cuenta, acabas creyendo a pie juntillas cosas de lo más inverosímiles sobre personas con las que no has hablado nunca.
Algo así me ocurría con la candidata socialista a la Alcaldía ferrolana, Beatriz Sestayo. Una mujer con la que no había coincidido demasiado, pero, sin embargo, recogiendo los ecos de esa rumorología popular tan arraigada en Ferrol, la imaginaba al volante de un coche atropellando a seguretas, siendo prepotente con sus colaboradores, peleándose con Irisarri y Veloso, con poco ímpetu en el trabajo y más ocupada de su aspecto que de la política.
Pero seamos sinceros. Si analizamos la imagen de ‘la Sestayo’ que figura en el imaginario colectivo, comprenderemos que el «error» más grande que ha cometido esta mujer es ponerse escotes y minifaldas: «Es que es una ordinaria, yo no la quiero de alcaldesa», que diría una señora a oscuras en la pecera del Casino. Cuesta imaginarse semejantes comentarios hacia un hombre, ¿verdad?
Como contra los prejuicios no hay mejor cosa que la información, este miércoles pasé el día con ‘la Sestayo’, con el objetivo de conocerla, saber cómo le responden los vecinos en la calle, cómo es con sus colaboradores.
He estado repartiendo propaganda por Recimil, en una rueda de prensa, en el coche con la megafonía socialista, en un café con vecinos de Pazos, tomando una caña con Besteiro y Luena, y en un mítin en Serantes. ¿Por dónde empezar?
La mañana en Recimil
El PSOE de Ferrol eligió la mañana de este miércoles para repartir trípticos y papeletas en el barrio de Recimil. Pero antes, explicaban a la prensa sus propuestas para las Casas Baratas. Un barrio que, tal y como cuentan algunos vecinos, siempre está presente en los programas electorales, pero que después suele parchearse o quedarse condenado al olvido 4 años más.
Cuando llego a la plaza de Sevilla antes de la hora, ‘la Sestayo’ aún no ha llegado -todo hay que decirlo, poco queda en esta campaña de su habitual impuntualidad de otras ocasiones-, pero sí están María Fernández -número 3 de la lista-, y Emma Soto -número 11-, acompañadas de María Pan, compañera periodista que lleva el contacto con la prensa de la campaña socialista.

La arquitecta María Fernández, que junto a Felipe Sas conforma el sector independiente de la lista, nunca había estado implicada en política: «Si me dices hace un par de años que voy a estar aquí repartiendo propaganda, no me lo creo», confiesa divertida.
Su seña va impresa en el programa del PSOE en materia de urbanismo, movilidad o accesibilidad; siempre adaptando ideas que han funcionado en otros lugares o que han surgido en foros o encuentros profesionales, primando la sostenibilidad de las actuaciones.
Emma Soto sí es simpatizante desde hace años, pues su padre era militante y afiliado de UGT, pero nunca había estado en la lista: «He decidido afiliarme e implicarme más porque ahora estoy cómoda con la gente que hay y con el proyecto que estamos defendiendo, antes no estaba muy convencida, aunque votaba PSOE igual», cuenta.
Aparece la candidata. Hasta el momento, su día había comenzado a las 7:00 horas, cuando unas amigas aporrearon la puerta de su casa al grito de «¡Alcaldesa, alcaldesa!» y el desayuno bajo el brazo, para darle fuerzas en esta campaña.
Suponemos que será de los pocos momentos en los que familia y amigos puedan ver a Bea, porque su agenda echa humo, aunque no parece agobiada. Después del desayuno entre amigas, acerca a su hijo al instituto y se pone en marcha.
Mientras, en su sede, el equipo logístico de campaña ya está reunido para organizar el día. La megafonía con la cuña correspondiente cargada, cajas con material para llevar a los mítines, carteles… cada uno cumple con una función específica, así funcionan como un engranaje a pesar de no ser muchos. De hecho, algunos integrantes de la lista están a la cabeza del despliegue, como Rosa Méndez o Toni Lama-Pereira.
Calles volantes en el barrio
«Todas as veces que se adoptaron solucións en Recimil foi cos socialistas, como esta praza de Sevilla con Couce Pereiro ou o Plan E no goberno de Irisarri», comenzaba Sestayo sus declaraciones, comprometiéndose a facilitar la compra de las viviendas a los vecinos que tienen arendamientos históricos «e que no seu día foron estafados cambiándolles o contrato», a dar opción a compra a aquellos que están alquilados regularmente y «facer política seria de aluguer a outras persoas».
Primarían los usos sociales del parque de viviendas vacío y también se destinaría a un plan de vivienda juvenil, para recuperar a los jóvenes que se han ido de Ferrol. Colaborarían con el Campus para que haya pisos-residencia instalados en las Casas Baratas y con emprendedores, cediendo los bajos mediante concurso de ideas. Además, se ha comprometido a tener el censo de inquilinos en los primeros 6 meses de gobierno.
Por su parte, María Fernández, adelantó que, parejo a lo social, apuestan por una reestructuración del barrio a nivel urbanístico, que venga a paliar el deterioro de las cubiertas o la accesibilidad a los edificios: «Sería un programa realista, porque sabemos que en el Concello hay un presupuesto acotado, pero podemos subvencionarlo hasta en un 70 % con los fondos del PAREER -(Programa de Ayudas para la Rehabilitación Energética de Edificios Existentes)- que tiene una dotación de 200 millones de euros».
Por un lado, quieren elevar las cubiertas y hacer trasteros y zonas de secado de ropa. También retomar un «proyecto ilusionante que nació en unas jornadas celebradas en el campus de Ferrol» que supondría la creación de cubiertas planas que supusiesen una red de calles superiores y elevadas a las que se pudiera acceder con ascensores, para mejorar la calidad de vida de las personas mayores.
«Está bien esto, que den la cara»
Día de mercadillo en Recimil, mucha gente a la que pedir el voto. Bea encabeza la comitiva y se presenta a todo el mundo: «Hola, soy Beatriz Sestayo, me presento a las elecciones del próximo 24 de mayo por el partido socialista». María y Emma la siguen. Aunque algo más cortadas, pronto empezarían a pillar el ritmo y los trípticos y papeletas se acabarían en poco tiempo.
Escuchan a la gente, que les cuentan de todo. Una abuela, desesperada, dice que va a ir al Parlamento a montar un pollo porque no hay nadie que le ayude a cuidar de su nieto, gran dependiente. Otros, le hablan de los guetos que se han creado en el barrio, de la delincuencia. Unos no quieren la papeleta y esquivan su mirada, otros, se la vienen a pedir.
«Me parece muy bien que vengan y que den la cara los políticos», me dicen dos matrimonios que paseaban por allí. Mientras, Bea seguía entre la gente, mirando también alguna prenda de ropa, de paso que hablaba con los vendedores.
De aquí a la sede, a la Casa do Pobo, porque tienen una reunión de trabajo para programar mítines y entrevistas. Me despido hasta la tarde de las tres.
«Imos indo, imos indo»
A las 16:30 horas llego a la sede socialista, donde me recogen Toni -número 22 de la lista y realizador en la TVG-, y Javier -marido de Emma Soto-. Los dos, junto con el también candidato número 6, Germán Costoya, se encargan de pasear la megafonía del PSOE por las parroquias rurales y los barrios de la ciudad.
Unas cuatro horas por la mañana y otras tantas por la tarde, propagando el himno socialista para estas elecciones, la canción que les han prestado desde el grupo folk Lenda Ártabra.
Recorren el lugar donde va a haber mítin o reunión vecinal ese día y, de paso, hacen algunas pasadas por el centro. Llevan el atril desplegable, banderolas, caramelos, trípticos… No paran ni un segundo.
Vamos hacia el local social de Pazos, donde se celebra un café con vecinos a las cinco de la tarde. El PSOE es el primer partido en hacer un acto allí, me comenta el camarero, mientras veo en el tablón que Ciudadanos estará en breve en el local.
Diagnóstico, soluciones, promesas
Mientras saludo a Felipe Sas, que ya estaba charlando con los vecinos, otros intentan echar a andar el vídeo de campaña en la televisión del local. Llega Bea y empieza a saludar a todos. Muchos ya conocidos, pues ella no vive muy lejos de allí. Otros, que conocían a sus padres: «Dales recuerdos y un besiño muy fuerte», le decían. Algunos habían sido sus clientes cuando ejercía la Abogacía y le estaban muy agradecidos.


La cantinela de todos los candidatos -sean del partido que sean- es similar en todas sus intervenciones, con pequeñas modificaciones dependiendo del lugar en el que estén. Saben que la repetición es crucial, así su mensaje se asienta en los ciudadanos y las propuestas no se diluyen.
Los socialistas comienzan siempre con un «diagnóstico» de la situación de Ferrol, que basan en datos «objetivos» de institutos oficiales de estadística, y que reflejan tres lacras: el máximo paro de Galicia, el número alarmante de personas que abandonan la ciudad y la subida de la tasa de pobreza.
Sestayo tiene claro que lo que revertiría esta situación es «combatir el desempleo» y, para ello, apuesta por la creación de una agencia pública de empleo e industria, que no sólo apoye al naval, sino también a las empresas de base tecnológica que podrían tener en la ciudad una buena ubicación y a las que tienen que ver con la creación audiovisual y la música.
Para apoyar a pymes y autónomos propone fomentar el alquiler de los bajos comerciales a precios realistas y «gravar fiscalmente» a aquellos propietarios que pongan rentas desorbitadas queriendo «especular con los sueños» de los pequeños empresarios y condenándolos a la liquidación por cierre.
Otro de los ejes para «curar a Ferrol» pasaría por la política de vivienda pública. Sestayo cita en este punto un estudio de sociología que cuantifica la cantidad de jóvenes ferrolanos que se han tenido que ir a vivir a A Gándara por no poder asumir los precios de la ciudad naval. Confía en crear en Recimil, como ya adelantó esa misma mañana, un parque de viviendas públicas para jóvenes.
La tercera solución pasaría por recuperar la política de bienestar social que «ha desmantelado el PP en estos 4 años», poniendo en marcha de nuevo los organismos públicos que velan por una correcta gestión de los Servicios Sociales. Además, añade, sería transversal a todo lo anterior la participación ciudadana: «Nos someteremos a la evaluación de las asambleas de barrio cada 6 meses e invitaremos a la oposición. Para que nos echéis la bronca si lo hacemos mal. No tenemos miedo».
Acaba pidiendo el voto y haciendo un alegato sobre lo progresista que sería tener, por primera vez en la ciudad, a una mujer al frente de la Alcaldía.
Fantasmas del pasado
La memoria es una de las cosas que más temen los candidatos. Saben que alguna mala gestión en otra época -suya o de sus compañeros de partido-, saldrá a relucir como nunca durante la campaña.
Un vecino de Pazos, «socialista de toda la vida» recriminaba a la candidata algunas de las gestiones de Zapatero y del propio Irisarri, que lo habían desencantado del PSOE. Bea los defendía, pero también admitiría errores, como la reforma laboral del primero o la subida de sueldos del segundo.
En coche con Sestayo
Despedida y cerveza negra sin alcohol en la barra. Bea me propone ir con ella en el coche a buscar al secretario de organización del PSOE, César Luena, y al secretario de los socialistas gallegos, Xosé Ramón Gómez Besteiro, que han venido a acompañarla en el mítin de Serantes.
Accedo, no sin antes hacer un chiste sobre la conducción de Sestayo que, de no hacerlo, me reconcomería por dentro. Ella se ríe, pero ha sido un tema que se lo ha hecho pasar muy mal. Y se nota.
A mediados de noviembre de 2013 los titulares se hacían eco de la denuncia de un guardia de seguridad del aparcamiento del Parlamento de Galicia que la acusaba de haber intentado atropellarlo tras denegarle la entrada. En febrero de 2014, el TSXG desestimaba la demanda al entender que los vídeos y las versiones no confirmaban los hechos: «Tanto una como otra prueba revelan la inexistencia de indicios acerca de la conducta supuestamente intimidatoria y amenazante de la diputada», decían desde el Tribunal. Pero claro, los titulares fueron mucho más pequeños, y la sombra de la duda sigue planeando incluso en esta campaña.
En el coche de Bea suena Efecto Mariposa, «¿cambio la música?», me pregunta. Le digo que no, faltaría más. Me explica que puede escuchar todo tipo de música, incluso rap, que antes no le gustaba, pero que ahora, a fuerza de escucharlo con su hijo, hay canciones que sí le agradan.
En el asiento de atrás hay de todo: trípticos, neceser, paraguas… incluso dos regalos para su hija y su nieta. Debe llevárselo todo a cuestas porque nunca sabe cuando va a tener tiempo de volver a casa.
Llegamos a FIMO, punto de encuentro con Luena y Besteiro. Bea hace un chiste con sus carteles, colocados en el panel del recinto de Punta Arnela: «Mirad, si parezco el menú de la cafetería», bromea, al tiempo que reconoce que lleva «mal» ver su cara por todos lados y aclara que la foto se la hizo en la sede porque en la que mandaban desde Ferraz no se reconocía. Aclara que no hay retoque, a pesar de los comentarios que hablaban de photoshop.
Esperando por los «jefes», Bea anima a Felipe Sas a estrenarse en los mítines y le propone presentar a Luena en Serantes: «¿Y qué cuento?», pregunta un tanto nervioso el primerizo «Pipe», como le llaman sus colegas de partido.
Aunque reconocen que no es un mítin muy grande como para que asistan los dos secretarios, no han querido variar su calendario de actos, así que el ayuntamiento que vio nacer a Torrente Ballester y que acoge los restos de Amada García, será el foco de todas las miradas.

Despliegue socialista en Serantes
Llega Besteiro, algo cansado pero sonriente, confesando que le cuesta recordar dónde estuvo ayer, por el ritmo frenético de la campaña: «O outro día fixen 800 kilómetros, estiven nas catro provincias», admite, adelantando que, después de Ferrol, ese mismo día, iría hacia Lugo.
Al poco tiempo llega César Luena, acompañado por Pilar Cancela, la secretaria de organización del PSdeG. Presentaciones, un tiempo para bromear -el secretario es bromista por naturaleza-, últimos comentarios previos y ¡al mítin!
La prensa en pleno esperando en la puerta del local de la A.VV. de Serantes, mientras algunos parroquianos miraban atónitos el despliegue de teles, radios y compañeros de la prensa escrita.
Sas abre el acto confesando que se ha sumado a los socialistas porque «no quiere el modelo de ciudad que está llevando a cabo el PP» y da paso a Luena, que reparte estopa a «Pudimos», al PP, a las mareas y a Ciudadanos, a partes iguales.
Gómez Besteiro, por su parte, habló de un gobierno «absolutamente irresponsable» por parte de Rey Varela y del «declive» de una ciudad «sen futuro polo goberno do PP».
El acto, en el que estaban presentes Ramón Veloso y Manuel Santiago, sirvió para aupar a la candidata, que prometió «ir á cabeza das manifestacións» y que «caerán todas as tapias da vivenda pública», tachando a los populares de «pequena banda de sinvergüenzas instalados nun partido corrupto».
Más Bea que Sestayo
Fuera de las consignas que todo político repite ante los medios y desde el atril, Beatriz Sestayo me ha sorprendido. No sólo porque la imagen que creo que se proyecta de ella difiere mucho de la verdad, sino porque en muchos de los casos la veo alejadísima de la realidad.
Frente a una Sestayo que debe sacar carácter en su vida política -y más siendo una mujer, que parece que aún seguimos teniendo que golpear la mesa para que nos escuchen-, está una Bea que no se avergüenza de reconocer que lloró decepcionada cuando Zapatero aprobó la reforma o cuando «el PP echó por tierra todo lo hecho por nuestro gobierno en materia de Bienestar».
El personaje y la persona casi nunca coinciden. Me alegro, por lo menos, de conocer estas dos caras y saber con qué me quedaría de cada una.
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