JOSÉ BARCIA TUCCELLI | Motivación para el cambio| Lunes 26 agosto 2019 | 19:18
Se ha creado un debate inesperado alrededor de lo que, en principio, debería de ser una buena noticia relacionada con la salud de los deportistas y que se materializaría con la inclusión dentro de los equipos de trabajo del baloncesto profesional de los Estados Unidos de América de la figura del psiquiatra.
A raíz de esto, se ha encendido una alarma que hace resonar afirmaciones como que el deporte profesional genera trastornos o que para llegar a tener éxito en el deporte de alto rendimiento hace falta llegar a extremos en desgaste psicológico que terminan por deteriorar la salud de las personas.
Todo aquel que esté o haya estado participando dentro de entornos deportivos profesionales o semiprofesionales conoce las exigencias de la competición; pero no nos engañemos, estas exigencias tampoco se diferencian tanto de las que nos podremos encontrar en cualquier otro trabajo en el cual se nos pidan resultados para poder continuar ejerciendo nuestras funciones.
Lo que sí diferencia al deporte espectáculo de otras profesiones, sobre todo cuando hablamos del más alto nivel, es la trascendencia mediática, su visibilidad; aunque esto no siempre tiene por qué ser así. La noticia habla de la NBA, que sí tiene una gran visibilidad mediática, pero hemos encontrado y lamentado trastornos psicológicos en otros deportes y con deportistas, que aunque sean exitosos, se mantienen en el anonimato para el gran público.
Tenemos que saber que dentro del deporte espectáculo y del deporte profesional, lo que nos encontramos es una muestra de nuestras sociedades; y por ello, tanto con personas saludables en todos los aspectos como a otras con algún tipo de trastorno. Sumamos por otro lado a las exigencias propias de la competición, y dependiendo de los entornos de trabajo, se producirán o no, problemas de salud psicológica. Si se dan, es una gran noticia que puedan recibir la atención especializada de profesionales de la salud mental.
Quizás la gran diferencia sería que, hasta este momento, se trataba de una realidad silenciada y que por eso no era atendida. Porque de lo que no se habla no existe; y lo que no existe, por supuesto, no puede ser atendido.
Para terminar, dos cuestiones. La primera, que los casos que han salido a la luz y que han recibido más atención de los medios, hablan de personas con trastornos psicológicos presentes mucho antes de la comenzaran con su práctica deportiva profesional y que no tendrían ninguna relación con ella.
Lo segundo, que generalmente, los deportistas podrían recibir atención psicológica de forma rutinaria igual que reciben atención de médicos deportivos, de preparadores físicos o de fisioterapeutas, pero no porque necesariamente padezcan trastornos o se generen en sus deportes, sino porque, para sacar el mayor rendimiento en sus presentaciones deportivas necesitarían mantener su atención al máximo nivel y presente en cada instante del juego, controlar su ansiedad competitiva o asumir los diferentes roles que les toque tener, por poner solamente algunos aspectos por los que, alejados de cualquier consideración patológica, podrían ser atendidos.
Por lo demás, al igual que otras muchas personas no deportistas o al menos no presentes en el deporte profesional, podrían tener problemas no patológicos en aspectos motivacionales, emocionales o con sus hábitos.
Esta noticia es muy positiva porque habla de atender a las personas que lo necesitan, porque da luz a un problema que viene existiendo desde que existe el trabajo y la presión por los resultados, y porque las personas podemos tener problemas mentales sea cual sea nuestro entorno de trabajo sin que tener que recibir atención signifique que seamos débiles o que seamos incapaces de soportar el peso de una competición de alto nivel o de un trabajo exigente.
Pero, por otro lado, nada que ver con que el deporte resulte negativo o que la competición sea generadora de patologías. El deporte, conducido por profesionales, ayudará a las personas a desarrollar su máximo potencial teniendo transferencias positivas para todos los ámbitos de sus vida.
José Barcia Tuccelli es licenciado en Educación Física y en Psicología y tiene una amplia experiencia en el campo del ejercicio físico, la salud y el deporte de rendimiento. Para más información podéis visitar su página de Facebook.
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