MARTA CORRAL| Viernes 20 septiembre 2013 | 18:37
«Sometimes you want to go, where everybody knows your name and they’re always glad you came. You wanna be where you can see, our troubles are all the same, you wanna be where everybody knows your name».
Aquellos que como yo han pasado algunos años de sus vidas acodándose en la barra del Pinsapo, comprenden por qué he cogido prestados los versos de la canción de Cheers para abrir este artículo dedicado a uno de los locales emblemáticos del ocio ferrolano que vuelve a la carga hoy a las 22:30 horas.
Un garito donde tenías el fondo de la barra adjudicado, la camarera se convirtió en amiga de día y al verte echaba mano a la botella de ron; te colabas hasta llegar a los vinilos y exigir Starman de Bowie a Pepe. Y te lo ponía. Y estabas como en casa; pero sin zapatillas, con collages de colegas haciendo de Bruce Springsteen en la pared.
El Pinsapo cerraba sus puertas el pasado diciembre después de 25 años refugiando a la Cara B de los nocturnos ferrolanos.
El local se reconvirtió durante unos meses en La Movida de los 80 -un bar al que los asiduos al ‘Pin’ mirábamos con recelo y juramos no entrar por respeto a ‘la leyenda’-; pero hoy reabre con el mismo nombre con el que hizo historia.
Los artífices del milagro son Narsés, Coco, Manel y Maxi López; cuatro nombres de sobras conocidos en el mundo del ocio y la cultura de nuestra ciudad.
Los tres primeros son los dueños del Cantón Vello, un espacio que ha sabido mezclar la gastronomía, la cultura y el ocio; convirtiéndose en una alternativa hostelera muy completa y diferente.
Por su parte, Maximino López fue el promotor de la Sala Run Rum -actual Super 8– y de la productora con el mismo nombre. Con él ha hablado FERROL360 para conocer todos los detalles de la inauguración del ‘nuevo Pinsapo’.
Para Maxi y sus socios, la idea de hacerse con el local es un nuevo reto que pretenden que complemente la oferta del Cantón Vello. La primera novedad, es que el Pinsapo abrirá todos los días excepto el domingo: «Programaremos algunas actividades propias de la cultura de bar: conciertos, teatro en pequeño formato, proyecciones de cortos…»; con lo que deja de ser sólo un pub, para convertirse en un punto de encuentro «para la gente que tenga algo que decirse, para quedar con amigos y conversar o bailar si te apetece con buena música y buen ambiente».
Además, nos adelanta que la decoración va a ser completamente diferente «hemos salvado sólo la estructura y las paredes de ladrillo, que nos gustaban mucho»; pero que en el terreno musical siguen apostando por el rock, el pop o el funky «habrá una continuidad en la música, apostaremos por la música menos comercial».
El objetivo es actualizarse sin perder la esencia «queremos adaptar el local al tiempo actual; pero sabiendo que tiene una historia y una trayectoria con la que nos sentimos muy unidos», y todo ello, con los pies en el suelo «no pretendemos forrarnos con esto, somos conscientes de que es difícil, pero creemos que puede funcionar».
Todos los nuevos propietarios fueron clientes del Pinsapo y guardan ese respeto del que hablábamos antes, por eso tuvieron claro que era necesario recuperar su ‘marca’ «no le cambiamos el nombre por respeto a un local que ha dado mucha vida de ocio, diversión y cultura durante más de 20 años».
¿Por qué Pinsapo?
José Ariza fue el propietario del Pinsapo durante esos 25 años que forjaron la leyenda del rock bar. Él no es un tipo nostálgico y seguramente irá algún día a visitarlo: «No tengo un sentimiento de tristeza porque la gente que lo ha cogido eran clientes y amigos, están identificados con el local y si hay alguien que lo pueda hacer bien, esos son ellos».
Ariza nos cuenta como surgió el emblemático nombre: «Estaba visitando en Málaga a unos amigos y me llevaron a conocer el Pinsapar de Grazalema». Nunca antes había visto esos árboles y el nombre le sonó bien «además, un amigo mío tenía la Saponaria una herboristería en la calle Real y me hacía gracia que hubiera cierta similitud en los nombres». También barajó bautizar el negocio como ‘pink sapo’ -el sapo rosa-, pero al final se quedó con el nombre del árbol.
«Vértigo» es lo primero que le viene la cabeza a José Ariza cuando le preguntamos por la continuidad de un negocio como el que fundó «después de 25 años, continuarlo es una labor complicada y difícil; más en este momento de deterioro del tejido social y laboral de Ferrol»; pero confía en que los nuevos propietarios esquiven los obstáculos «las personas que lo cogen tienen arraigo; Manel, por ejemplo, tiene grandes conocimientos musicales y hosteleros, así que me enorgullece y estoy contento con que sean ellos los que apuesten por el Pinsapo».
No os olvidéis, esta noche a las 22:30, en el Pinsapo (calle María, 208) habrá pinchos, cañas y vinos para todos los que queráis descubrir los secretos del ‘nuevo Pinsapo’.
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