FERROL360 | Sábado 20 julio 2019 | 12:27
Después de décadas de abandono y cubierto por capas y capas de lodo, el dique de mareas de A Cabana recupera el brillo de sus inicios. Esta pieza, que data de finales del siglo XVIII o principios del XIX, es la única de estas características en este estado de conservación de la que existe constancia en el mundo y representa un ejemplo perfecto de la arquitectura naval de los grandes ingenieros de la Armada en aquella época.
Los trabajos para su recuperación finalizaron esta semana y ahora toda la zona luce en un perfecto estado. La actuación se centró en la limpieza del fondo del dique, que estaba cubierto de lodo, y se logró descubrir que originalmente era madera, por lo que se eliminaron los añadidos realizados en hormigón. También se recontruyó parte de montaje primitivo, pegado al muro situado al oeste.
Asimismo, se procedió a talar algunos árboles de pequeño porte y se eliminaron restos de hormigón que había en el terreno. También se protegieron y se consolidaron diferentes elementos primitivos del dique. Además, durante las obras de reconstrucción del muro del muelle se comprobó que parte del mismo correspondía a una ampliación reciente y que bajo el terreno permanecía en pie buena parte del original, que es el que ahora se puede ver.
El proyecto de restauración del dique contó con un presupuesto de 163.108 euros, licitado en julio de 2018, con cargo a fondos europeos y también a través de una subvención del GALP. La Concejalía de Emprego del anterior gobierno municipal fue la impulsora de la iniciativa, que contó con el apoyo del departamento de Urbanismo para desarrollar el proyecto técnico y supervisar los trabajos.
Los nuevos responsables de ambos departamentos, María Teresa Deus y Julián Reina, visitaron el pasado jueves este espacio singular, acompañados del equipo técnico que llevó a cabo la recuperación. Uno de los arquitectos, Antonio García-Lastra, explicó que el dique se encontraba cubierto de lodo hasta una altura considerable, que impedía ver los fondos.
García-Lastra indicó que estas instalaciones estuvieron ligadas a las empresas de correos marítimos que hacían la ruta de las Indias. Tiempo después, dentro del recinto se instaló una fábrica de luz y otra de gaseosas, aunque el principal uso que tuvo hasta principios del siglo XX fue el de astillero.
El arquitecto también apuntó que para una recuperación completa de la zona, lo deseable sería trasladar las sedes de algunas entidades que se encuentra en el recinto, como son el club de remo de A Cabana o el club del Mar, entre otras.
Futuro plan de usos
El edil de Urbanismo, Julián Reina, indicó que una vez finalizadas las obras ahora se debe «poñer en valor un dos tesouros que ten a cidade» al tratarse de un «espazo único no mundo neste estado de conservación». En este sentido, Reina avanzó que el Concello trabaja para definir el plan de usos de este espacio para garantizar su conservación.
Y es que, tal y como recordó el concejal, el dique forma parte de la candidatura de Ferrol Patrimonio Mundial. Eso sí, Reina no quiso adelantar qué tipo de uso podría tener este recinto y tampoco se pronunció sobre la posibilidad de trasladar las sedes de los clubes que se encuentran en la zona.
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