REBECA COLLADO | Ferrol | Viernes 27 septiembre 2013 | 22:27
Solidario, cercano, simpático y un gran actor. Sí, lo reconozco, ¿para qué lo voy a negar?. No hay jueves que no vea Águila Roja y no me parta de risa con Javier Gutiérrez y su personaje Saturno García. Así que desde estas primeras líneas ya aviso y me declaro admiradora del actor ferrolano. Javier Gutiérrez se encuentra estos días en Ferrol, ya que mañana sábado, 28 de septiembre, a las 20:30 horas, pondrá en escena la obra teatral El Traje, junto a Luís Bermejo. Será su primera vez como actor en el teatro Jofre. «Yo fantaseaba desde pequeño, sentado en el gallinero, con emular a los grandes actores y subirme al escenario» del Jofre, asegura Gutiérrez.
El Traje es una comedia negra que pretende remover la conciencia de los espectadores, al tiempo que hacerles reír. Según Javier Gutiérrez se trata de una historia «rocambolesca y absurda en la que hay un trasfondo de corrupción». Y es que, como explica el actor, la obra tiene mucho que ver con la realidad que estamos padeciendo y los casos de corruptela: «Los sobres de Bárcenas, los ERE de Andalucía o las comilonas de los sindicatos». Aprovechando su estancia en la ciudad, Ferrol360 tuvo el placer de compartir unos minutos con Javier Gutiérrez.
FERROL360 – Con esta obra pretendéis sacudir al público y hacerle despertar. ¿Lo conseguís? ¿Cómo viven los espectadores la obra?
Javier Gutiérrez – Yo creo que sobre todo se divierten. Se divierten mucho. También les causa perplejidad lo que está pasando, porque está hecho todo desde un humor muy negro, muy absurdo, y no se sabe muy bien en qué va a desembocar. Y, poco a poco, van entendiendo de qué va la historia. En el caso de los espectadores que entran, que son casi todos o muchos de ellos, les sorprende, les divierte y el desenlace les parece curioso. Y, si no entras, es muy complicado, porque es un tipo de teatro que quizá no sea apto para todos los públicos, aunque yo creo que sí. El espectador tiene que participar de forma activa. No hay que dárselo todo masticadito, tiene que poner también de su parte.
360 – La obra se ambienta en el primer día de rebajas de unos grandes almacenes. La gente entra en tropel a por las mejores ofertas y hay un accidente. Luis Bermejo, que es el vigilante de seguridad, te lleva al interior del edificio para interrogarte porque algo tienes que ver con el accidente. Dos personajes los que llevan el peso de toda la obra.
JG – Que se les vea, son dos personajes. Pero luego hay uno muy importante, que es una señora, con la que yo tengo la disputa. Está presente, y da la sensación de que podría aparecer en algún momento y puede que aparezca. O sea, que la obra tiene trampa en ese sentido. Y luego están las llamadas a mi casa, con mi mujer y con mi hijo, con el que se supone que tenemos un problema grave. Todo se desarrolla en una oficina donde hay dos puertas, que dan muchísimo juego. Todo esto desde el humor y el espectador va hilvanando y va encajando las piezas poco a poco. Eso hace que al final, seguramente, salga del teatro pensando en lo que ha visto y ordenando en su cabeza la historia.
360 – Los dos protagonistas mantienen un pulso muy intenso. ¿Un pulso que la ciudadanía debería trasladar a los políticos?
JG – Por supuesto. No me cabe la menor duda. Creo que a los políticos los estamos dejando escapar, se nos están escapando de las manos. Y lo que es peor, los desmanes que cometen y las tropelías que cometen, las cometen sin ninguna impunidad. A mí me causa perplejidad porque creo que lo hacen sin ninguna vergüenza. Es cierto que no se puede generalizar, pero la gran mayoría a mí me desarma, me deja sin palabras. ¿Qué más se puede hacer, cómo se puede rizar más el rizo?
Tú no puedes pedir explicaciones en el Congreso, que es donde las tienen que dar, y que se escapen una y otra vez sin darlas. Y que entren en una guerra entre ellos que a los ciudadanos nos da exactamente igual, que es el «y tú más». Yo no quiero escuchar y tú más en el Congreso. Yo quiero que me expliquen qué está pasando en el país y por qué unos y otros cometen lo que cometen. Los políticos muchas veces se olvidan que quienes los ponen ahí son los votos de los ciudadanos, y que el voto que hoy le das a un partido dentro de cuatro años puede cambiar a otro color. Yo creo que esto no lo tienen demasiado presente.
360 – Además del teatro también estás en la televisión con una nueva temporada de Águila Roja. ¿Va a sentar Satur algún día la cabeza? ¿Qué futuro le deseas a tu personaje?
JG – Eso está en manos de los guionistas. Yo sobre todo quiero para él una buena mujer, porque es un personaje que está muy solo y me da mucha pena verle así, como espectador, desde fuera. Creo que vive por y para los demás, se desvive por el prójimo, y no piensa absolutamente nada en él. Aunque luego tiene una cara oscura en la que sí se le ve que es un tipo al que le gusta el dinero y que le gusta medrar. Lo ha pasado muy mal también, yo siempre digo que es un homeless de la época. Es un indigente, un tipo que lo ha pasado realmente mal y que le ha tocado la lotería con la familia con la que vive, con la de Gonzalo Montalvo. Pero estoy seguro que no sabría qué hacer con tanto dinero y volvería otra vez a la casa, e iría a vivir con la familia.

Para mí Satur es un gran regalo, es un personaje que ha calado mucho. Y a mí me dicen: oye, ¿tienes miedo a que se te quede el estigma de Chanquete? Primero, Antonio Ferrandis era un grandísimo actor y no me importaría que me pasara eso. Pero, por otro lado, yo soy bastante más joven, tengo otro camino que recorrer, no sé si más largo o más corto, pero otro camino diferente. Pero, aún así, creo que en la televisión va a ser muy difícil que yo vuelva a interpretar un personaje a la altura de Saturno García.
360 – En el mes de marzo estrenas en Narón, junto a Carmen Machi, una versión de Macbeth, de William Shakespeare.
JG – Es una versión moderna, más contemporánea de Macbeth. La idea es situarlo en Galicia a día de hoy y hablar de un tipo que ambiciona llegar a ser… no sé si presidente de la Xunta, o de una gran corporación, y es una especie de cacique de un pueblo gallego. El estreno nacional será en Narón.
360 – Narón se está convirtiendo en el referente de la comarca en cuanto a representación de obras teatrales.
JG – Es una ciudad que tiene muchísimo prestigio en todo el país. Cualquier compañía importante que se precie quiere venir a Narón. Tiene muy buena programación, se está haciendo un grandísimo trabajo de fidelización de espectadores, de traer buenos espectáculos y de pelear por la cultura. Por un tipo de teatro muy interesante, además. Y salpicándolo todo con óperas, danza, monólogos, de todo. Tiene textos muy brillantes y compañías muy importantes en la programación.
360 – Pasas mucho tiempo fuera de Ferrol pero siempre vuelves. En esas idas y venidas, cuando regresas, ¿cómo te encuentras la ciudad?
JG – Muy mal. No quiero ser muy pesimista, porque creo que hay que ser optimista en esta vida, pero sí es cierto que cada vez veo una ciudad más triste, más apagada, más gris. Tengo muy buenos amigos y lo están pasando mal. Cuando ves a gente tan cercana, que te toca tanto, en una situación precaria y no ven salida, no ven la luz al final del túnel, te entristece y también piensas cómo ayudar. Pero también, de alguna forma, ves lo que nos merecemos, porque muchos políticos no han estado a la altura de esta ciudad. Los ferrolanos no nos merecemos tan mala suerte y estar en tan malas manos.
A mí me llamó poderosamente la atención cuando este verano vi a cuatro personas en la calle Real, en 100 o 200 metros, mendigando. Y gente muy normal aparentemente, padres de familia que no tienen trabajo, y pensé de qué manera ayudar. Y la mejor manera, además de la aportación voluntaria que uno puede hacer, como actor era un escaparate estupendo venir al Jofre y que cada espectador aporte su granito de arena. Que colaboren y puedan participar de esta cosita que aportamos nosotros de manera muy testimonial, muy pequeñita, pero que yo creo que va a ser muy bien recibida.
Y es que la compañía de teatro donará 50 kilos de alimentos a la Cocina Económica e invitan a los espectadores que acudan a la obra a llevar lo que buenamente puedan. Los responsables de la institución estarán en el teatro Jofre recogiendo las aportaciones de aquellos que quieran colaborar. Las entradas para acudir a la función se pueden comprar de manera anticipada en www.ferrol.es o en el propio teatro Jofre.
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