Texto: MARTA CORRAL / Fotos: ALICIA SEOANE | Ferrol | Sábado 29 abril 2023 | 14:19
Las palmadas al unísono acompañaron la melodía de un Bella ciao que sirvió para invocar a las almas de los «mortos que loitan xunta nós». La canción partisana sonó en el Jofre a las cuatro manos de las pianistas Alexandra Pita y Lidia Espido. Retumbó como el himno antifascista que siempre será y lo hizo con esa mezcla de memoria, dignidad y alegría que empapó todo el acto de homenaje a las 904 personas asesinadas por el franquismo en Ferrolterra. Una cita necesaria, impulsada por la Comisión Pro Memorial, y que logró llenar el teatro trayendo también, rescatadas del olvido, a ese casi millar de víctimas que fueron nuestros abuelos, nuestras vecinas, que fueron padres, madres e hijos.
La periodista Verónica Vázquez, compañera de Diario de Ferrol, nos invitó a sentarnos con ella en una mesa camilla imaginaria, como la de nuestras abuelas, mientras pasaban las fotografías de los asesinados como salidos de una suerte de cajita de hojalata desenterrada por los historiadores Xosé Manuel Suárez y Bernardo Máiz, que después de décadas de trabajo han podido ponerles nombre a los números, a los rostros en blanco y negro que se sucedieron en la pantalla durante las dos horas que duró el homenaje, en un montaje realizado por Carlos A. Quirós.
El dúo Bernardo-Irati abrió con gaita y acordeón antes del turno de palabra, que inició el edil Germán Costoya en representación del alcalde de Ferrol. Lo hizo también con emoción contenida, agradeciendo la labor de quienes se implicaron para que el monumento a las víctimas sea próximamente una realidad, poniendo en valor la Ley de Memoria Histórica y abogando por la formación de un consejo sectorial para abordarla. «Xa era hora», dijo el concejal antes de dejar el atril, entre aplausos, que recibieron después a uno de los miembros de la comisión, Ton Blanco.
Él recordó que frente al olvido de los asesinados está «o noso deber de lembralos». A unas personas que «sufriron o indecíbel e foron estigmatizadas» en un lugar, Galicia, donde «apenas houbo guerra, pero si represión sistémica». Una represión que él mismo quiso ejemplificar relatando algunos de los terribles finales de estas 904 historias, como el de las mujeres violadas «en acto de servizo». Explicó que fueron Anxo Currás y el ahora fallecido Vicente Couce quienes se remangaron para conseguir un lugar de memoria digno, como pretende ser el memorial que se instalará en Canido y cuyo diseño ha hecho el escultor Manuel Patinha desinteresadamente.
En 2021, Couce y Currás pidieron ayuda ante la indiferencia del Concello de Ferrol, y lograron el respaldo de una moción entre Ferrol en Común y el BNG, que también votó a favor el PSOE. Ruedas de prensa, comunicados, una gran pancarta con los 904 nombres que pendió del Palacio Municipal, fueron algunas de las muchas acciones que tuvieron que poner en marcha para lograrlo. El edil de FeC, Suso Basterrechea, subió después al atril para aplaudir el recuerdo a «todas as persoas asasinadas na defensa das súas ideas».
El concejal tuvo un recuerdo especial para Vicente Couce que el Jofre respondió con una ovación: «Tiña sempre un motivo, un espazo para chamarme e ver como estaba o do memorial. Para loitar e preguntarme polo monumento, que foi o seu último soño, como me confirmou despois Sabela, a súa compañeira». En este punto, reconociéndose en parte responsable de que la muerte se lo haya llevado antes de ver cumplido ese último deseo, Basterrechea lamentó que «algúns fallamos, todos fallamos, e non pode ser». Tuvo también palabras para Patinha, al que le auguró que su implicación podría suscitarle enemigos en el mundo del arte, y acabó ―como vecino de la calle María, próximo a la casa natal del dictador― apelando a la retirada de la placa y a la ilegalización de la Fundación Francisco Franco.
El portavoz del BNG, Iván Rivas, tomó el relevo para «explicar porqué estamos aquí». Dijo que respondía a tres razones. La primera, porque «o franquismo en Galicia non foi unha guerra, foi exterminio e xenocidio». La segunda, con el deseo de denunciar «a política de propaganda, edulcoración e branqueamento incluso na actualidade» que se hace de la dictadura, recordando que en uno de los últimos plenos se votó en contra de la retirada de 40 símbolos franquistas de Ferrol, entre ellos de la placa de la casa natal, y acordándose también de la que le cayó a Xaime Bello cuando sacó el caballo de la plaza de España.
El tercer motivo, blandió Rivas, es que «somos demócratas e humanos, e eles pretenderon acabar con todas las persoas que puideran albiscar un futuro de liberdade». Citó, por último, a Uxío Novoneyra: «A forza do noso amor non pode ser inútil». Y no fue el único verso que sobrevoló el patio de butacas del Jofre, porque también volaron los de Blanco Amor a la muerte de Lorca o el de Patti Smith empoderando a la gente o los de Celso Emilio en la «longa noite de pedra». También los de José Torregrosa a Amada García, leídos por su nieta Amada, que cobraron una forma, si cabe, todavía más emocionante.
Se proyectó, después de la interpretación de Pita y Espido al piano, la hermosa pieza que el realizador Carlos A. Quirós aportó de forma altruista. Ninguna de las personas que han participado en el proceso de documentación ni en el acto de este viernes cobró a cambio de su trabajo, lo hicieron por conciencia, con generosidad. Case un milleiro de nomes levanta la polvareda de los lugares comunes, por los que pasamos a diario, para descubrirnos la memoria que yace en ellos. Una memoria teñida de sangre, con la banda sonora de los gritos desde la Punta del Martillo del Arsenal y de los disparos sonoros de la muerte.
La Puerta del Dique, el cementerio de Serantes, el castillo de San Felipe, Recimil, el portal de la calle de la Tierra donde mataron a Reboiras o el antiguo cementerio de Canido como campos de exterminio de nuestros vecinos que ahora miramos impasibles, mientras paseamos, a lo nuestro. En un contraste de color, de verde esperanza, también están los bosques de los escapados. Las aldeas de la «dignidad, resistencia y solidaridad» de las que nos hablaría después Libertad Barcia, la hija de uno de ellos, que pudo llegar a Francia y comenzar una vida lejos del fascismo.
Suárez y Máiz subieron después al atril para hablar en primera persona sobre un proceso de documentación que fructificó en estos 904 nombres. Antes, recordaron que en este mismo teatro Jofre, el 14 de junio de 1936, apenas a un mes del golpe, había un mitin para aprobar el estatuto de autonomía. Ocupaban las mismas butacas muchos de los que después fueron asesinados. Aclararon que «non buscamos venganza, pero si xustiza, recoñecemento da sociedade e reparación», además de «evitar teses revisionistas e negacionistas».
Hablaron de su deber científico como historiadores con el rigor, con la responsabilidad de sacar la verdad a la luz, y se acordaron de estas almas de los muertos que nunca han dejado de luchar del lado de los suyos. María Manuela, Manolo Bacalhao y Xurxo Varela reprodujeron una cantiga que se les escuchaba cantar desde A Graña, precisamente, a algunos de los que mataron en el Martillo. Después, la memoria viva tomó la palabra en un momento realmente emocionante. «Soy Amada Toimil, la nieta de Amada García», se escuchó, invocando un «recordo fermoso, pero triste» para reivindicar a una abuela que «non bordou ningunha bandeira», sino que fue asesinada por sus ideas: «por ser muller, republicana e de esquerdas».
El poema de Torregrosa sobre su asesinato en San Felipe, pocos meses después de dar a luz a su hijo Gabriel, dio paso a la intervención del nieto de Matías Usero Torrente, que agradeció a su abuelo la lucha que llevó a cabo por la libertad. Por último, Libertad Barcia habló de aquellos «guerrilleiros do Eume» que resistieron en el monte, pero también de sus madres, las mujeres que se quedaron para siempre con «a mirada ferida» aun cuando supieron que embarcaron en el pesquero Santa Teresa desde O Vicedo y llegaron sanos y salvos a Francia. El acto se cerró con la presencia de la comisión sobre el escenario, el agradecimiento a todos aquellos que trabajaron por este memorial y la interpretación del Himno Galego, así como los vivas a la República y un emotivo «Vicente Couce, ¡presente!».
Un Jofre cheo cantando o Himno Galego e dando un gran aplauso final na homenaxe aos 904 asasinados polo franquismo en Ferrolterra 💫 pic.twitter.com/R1kjqDB8mn
— Marta Corral (@MartinhaCorral) April 29, 2023
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