RAÚL SALGADO / MERO BARRAL | Ferrol | Sábado 26 octubre 2019 | 22:55
Ha sido volver a su (nueva) casa y el Baxi se ha encontrado por completo consigo mismo. Las universitarias, a un nivel muy alto, han arrollado a un Adba Avilés para la sorpresa. Quizá limitado por las condiciones físicas de su plantilla y abocado a un juego de sufrimiento, el cuadro asturiano careció de argumentos en la contienda.
Con buena entrada, rozando el millar de espectadores, A Malata terminó de arrastrar a las de Lino López. La igualdad se ciñó al primer período, tanto en el electrónico como en el despliegue en esa cancha de nuevo parqué y canastas recién instaladas.
Mucho trabajo en ambos bandos, efectividad intermitente en las locales. Allen despuntó otra vez como soporte del quinteto, aunque la labor colectiva hizo mejores a casi todas entre las azules. Leaupepe como ejemplo de aguante y creatividad hasta el período final.
De construcción combinativa, el Baxi brindó más agilidad desde el exterior, con Kapor de primer enganche. Las dificultades para plasmar la estrategia fueron a menos; las avilesinas, también. Podían aportar esperanzas nada más saltar a la cancha, pero su arsenal se quedó sin el más mínimo cartucho.
A pasos agigantados, las de A Malata cincelaron su propia leyenda. Evidenciaron que la lucha por regresar a la élite tiene de nuevo un candidato solvente y que el visitante tendrá que pelear por otros objetivos a menos que vayan cambiando las cosas.
Efecto despegue, en definitiva, desde la pelea y la tenacidad. El plantel del Principado quiso suplir su falta de agilidad y se encontró con notorias complicaciones. Exiguo 21-16 al primer cuarto, amplio 40-28 cuando llegó el descanso.
Los dos períodos sustanciales alumbraron ventaja de vértigo, que llegó a los 48 puntos de diferencia con menos de dos minutos de distancia frente a la bocina de despedida. El Baxi se había olvidado de la poca tensión que pudiese retener en su cuerpo y lució más activo todavía cerca de canasta.
Gastando calzado hasta el segundo final. Así acabaron las antiguas inquilinas de Esteiro frente a un Adba agónico. Enchufadas a coro; más acción, un rival más apagado. Como síntomas previos a la muerte, se resistían las de Avilés con canastas casi como oasis.
Su reducidísima artillería negaba posibilidades de desdoblarse. Repartió sus cartas el banco de Lino López desde una defensa potente y un ataque dosificado. Dejó de exponer en exceso atrás y se fue haciendo casi en silencio con un marcador a su favor de modo bastante claro.
El resultado de 91-41 dice casi todo. Pico y pala, algunos nombres que ya casi son indispensables y una idea de Lino López que se va concretando en cada partido. Primera de dos citas consecutivas en casa, quizás el preludio al Baxi cómodo que devuelva el espectáculo al pabellón de A Malata.
(Fotos: Mero Barral© – 2019. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.)
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