MARTA CORRAL| Ferrol | Lunes 28 octubre 2013 | 10:20
La noche del pasado viernes era una fecha señalada en el calendario de muchos ferrolanos que días atrás retiraban en cuestión de horas las entradas al PechaKucha Night Ferrol Vol. VIII.
Este evento de ponencias multidisciplinares ha ido ganando adeptos desde su comienzo en 2010 y se ha convertido en una cita anual obligada para todos aquellos que quieren hacer algo diferente en la ciudad naval.
En torno a las diez de la noche, FERROL360, que no había cazado una de esas entradas, se rendía a la evidencia de que sólo podría sacar unas fotos y abandonar la sala, para ver el evento por streaming y contároslo.
En esas estábamos, cuando nos salvó Luis Calvo con dos entradas que estaba a punto de devolver (¡gracias Luis! ¡gracias Noe!); así que decidimos sentarnos y disfrutar, apuntarlo todo y contaros qué nos pareció la velada.
Sonó el timbre del teatro y «hay que ir entrando». El hall del Jofre está plagado de gente. Todos distintos. Te podrías aventurar a decir que aquellos surfers vienen a ver The Camp o esos hipsters a los de Outono Fotográfico.
Ya nos lo advertía Pablo González, la magia del PechaKucha reside en eso. En que la gente que va a ver a un ponente, escucha a los demás y descubre a grandes personas que hacen cosas excepcionales; algo que no pasaría fuera del evento.
12+1 ponencias
Llegamos a nuestro taburete de la primera planta y salen los hermanos presentadores al escenario para romper el hielo y hacernos reír. Se felicitan porque en la edición anterior hubo más gente por streaming que en el propio teatro, con lo que se confirma el interés que suscita el evento.
Este año, canalizaron sus bromas en un primer sketch, hablando de la ‘PechaPregunta’ o la ‘PechaCrítica’, aquellos comentarios que la gente les hace en la ponencia número 13, la de la cervecita y la música.
Ana Sanjuán, coach especializada en Inteligencia Emocional, subió de primera al escenario para preguntarnos: «¿Quién es más inteligente, Rafa Nadal o Albert Einstein?»; con este hilo conductor, nos llevó de la mano por el mundo de nuestras emociones y nos contó un secreto: si llegamos a gestionarlas, llegaremos lejos.
Avansig, empresa especializada en Información Geográfica, aterrizó en segundo lugar. Uno de sus responsables nos puso en antecedentes y nos enseñó un prototipo de ciudad inteligente en la que, entre otras cosas, mediante una aplicación de móvil podríamos trasladar nuestra «foto denuncia» al Ayuntamiento.
Imaginaos el colapso si se llevase a cabo en Ferrol.
César Toimil y Alex Piñeiro nos mostraron después su proyecto fotográfico que gira en torno a Chernobyl. Imágenes del tiempo congelado en las ciudades sin gente, la naturaleza abriéndose paso a pesar de la desolación.
Nos presentaron a Anna, que nos cantó una canción y nos enseñó que el ser humano puede resistir las mayores adversidades y conseguir ser feliz a pesar de todo.
Tras ellos, el artesano de IXO Plástico. Quizá la mejor ponencia de la noche. Pegados a nuestros asientos, sin perder detalle, nos sumergimos en la artesanía con fibra de carbono que elabora la empresa gallega.
El cuidado en los detalles, el mimo, el proceso y el resultado: desde espinilleras a tablas de skate ultraligeras que triunfan en campeonatos de todo el mundo. That’s all folks.
La odontóloga Mercedes Fernández comenzaba su ponencia con una foto de Ronaldinho y sus dientes -os podéis imaginar-; prometiendo desvelar por qué no se los había arreglado antes. La causa era el miedo al dentista. El mismo miedo, que durante la ponencia, nos intentó sacar a todos.
Turno después para el Grupo Austen, la ponencia más técnica. Hablaron de su apuesta por la innovación, de su proyección internacional y de los proyectos que desarrollan.
Su director, hizo el guiño político de la noche, al apuntar a los recortes en educación como un freno a las innovaciones futuras.
Antón Bruquetas subió al escenario, esta vez solo -la anterior edición lo hacía con Paulo Alonso Lois-, para «deconstruir» el sueño de The Camp. Los deportistas, las instalaciones, sus actividades, el surf como protagonista y las olas como origen de todo. The Camp soñó y persiguió ese sueño, que hoy se hace realidad a medio camino entre Doniños y San Jorge.
Pablo Crespo y su empresa Imaisde, consiguieron la carcajada unánime del teatro. Otra de las grandes ponencias de la octava edición del PechaKucha en Ferrol.
Vino acompañado de Christina, Athina y Henry; tres colchonetas de playa premiadas internacionalmente, porque permiten estar cómodos y unidos a otras colchonetas «sin tener que estar nadando continuamente contra la corriente». Un hito en el mundo colchonetil, como nos contaba Crespo con gran realismo retranqueiro.
Los chicos de Outono Fotográfico, Carolina y Vítor, hubiesen necesitado dos ponencias para poder explicar todas las actividades que organiza el festival fotográfico gallego. Con ellos, tomamos conciencia de la importancia de los proyectos personales como el Outono de Benito Losada, que ellos continúan hoy en día.
Manuel Moreno, el gerente de Parque Ferrol, ocupó el escenario después. Sirviéndose de fotogramas de películas de culto como Blade Runner, Star Wars, El Padrino, Dune, El Golpe o El bueno, el feo y el malo; nos dio las claves para emprender: el control de los riesgos, la valentía, el análisis de la competencia o el poder de la información. Nos animó a «interpretarnos a nosotros mismos».
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La mitad de Pinto & Chinto, David Pintor, disculpaba la ausencia de su colega y reconocía que le había dejado «el marrón» de hacer solo la ponencia. A través de viñetas, como mejor saben hacer, conocimos el día a día de los humoristas gráficos y valoramos la importancia de la discusión constructiva en el proceso creativo.
La última ponencia en el escenario, cuando ya pasaba de la medianoche, era la del cirujano torácico Diego González, otro soñador.
Este gallego que se especializó en los mejores hospitales de EE.UU., es el precursor de una técnica muy poco agresiva para operar el cáncer de pulmón, mediante una sola incisión.
Contó su proceso de investigación, su sueño de poder llegar a hacerlo y su trabajo; para después mostrarnos que en todo el mundo hay lugares en los que se aplica su técnica.
Turno para Rubén Artabe y su ponencia número trece en el improvisado bar del Jofre, un sueño cumplido a medias.
Ya lo avisaban Pablo y Santiago, quien no corra, no come. Se sabe, cuando hay canapés pasadas las 00:30, la técnica del urogallo se hace imprescindible para poder catarlos.
¿Qué nos pareció?
En esta octava edición del PechaKucha, casi la mitad de los ponentes no eran de Ferrolterra. Ha sido quizás la edición más aperturista en este aspecto; algo que le restó cierta cercanía, estando acostumbrados como estamos a conocer vida y milagros de los ponentes que se suben al escenario.
Por otra parte, sigue siendo un acierto le elección de las ponencias en cuanto a su temática. Un auténtico batiburrillo de estilos y actividades, que enriquece el evento y da oportunidad de comunicarse a todos los gremios, sin distinción; pero esta vez, se desprendió cierto halo promocional en alguna ponencia, transmitiendo un tremendo oportunismo que no gustó y no se acabó de entender.
Anuncios aparte, hay que reconocer la valentía de todos los ponentes por subirse y contarlo, ante un Jofre abarrotado de público. Los había con más tablas y con menos, acostumbrados a dar conferencias y sin ninguna experiencia; pero todos nos han hecho pasar una buena noche.
Nos han invitado a soñar, nos han animado a emprender, a luchar por lo que queremos y nos han enseñado que con trabajo se consigue, algo que en estos tiempos muchas veces pasamos por alto.
Esperemos que cuando lleguen al PechaKucha Vol. X, Santiago y Pablo se hagan la pregunta y se contesten que sí. Que haya muchos más. Que necesitamos motivarnos, aprender, descubrir e ilusionarnos. Y que gracias por organizarlo, ha valido la pena.
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