FERROL360 | Miércoles 21 septiembre 2022 | 11:38
A cualquiera que le pongan coto a su tiempo de vida se le encogería el estómago y el poco ánimo del que pudiera hacer acopio lo dedicaría a estar con las personas queridas, a sorber la felicidad que queda antes de lo inevitable, con tranquilidad. Pero Rafael Pillado no es cualquiera y el compromiso político que adquirió siendo un chaval, que le llevó a décadas de actividad política y sindical, a años de cárcel, le impide ahora sentarse a esperar la muerte como el común de los mortales.
Cuando Rafael supo el pasado mes de febrero que tenía un mesotelioma, un cáncer mortal relacionado con haber estado en contacto con el amianto durante sus años laborales en el astillero, ni se calló ni se cruzó de brazos. Envió una carta a todos sus contactos, a los medios de comunicación, prometiendo que lucharía por él y por sus compañeros, algunos ya caídos en el mismo combate. Al mes siguiente, cuando se cumplían los 50 años de los sucesos en los que él mismo fue protagonista, en 1972, no faltó a ninguna cita.
Este martes estaba fijado en los Juzgados de Ferrol el juicio en el que Pillado llevaba al banquillo a Navantia por su enfermedad, como tantos otros han hecho antes. Él llegaba con la abogada Cristina Almeida como uno de sus testigos más mediáticos, aunque finalmente no se la aceptaron en la sala por considerar el juez que no tenía contacto directo con él. Su abogado, Jesús Porta, entraba a su lado después de que Rafael saludara a las decenas de personas que se agolpaban en la calle Coruña.
La Asociación Galega das Vítimas do Amianto (AGAVIDA), Fuco Buxán y Memoria Histórica Democrática lanzaron una convocatoria para arropar al compañero Pillado que fue todo un éxito. Por ello, han querido dar las gracias en el comunicado que después enviaron a los medios. Creen estas entidades que la falta de comparecencia de Navantia es «un desprezo para las vítimas ocasionadas polas súas condicións de traballo». El juicio ha quedado visto para sentencia y Pillado anticipa un recurso por parte de la empresa, pero confía en la justicia y no pierde la esperanza.
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