RAÚL SALGADO | @raulsalgado | Ferrol | Jueves 31 octubre 2013 | 20:41
Mucho ruido y pocas nueces. Demasiada expectación ante el primer pleno del Concello de Ferrol celebrado en base a las nuevas restricciones de acceso decretadas por el alcalde. Abundaron los asientos vacíos en un salón de sesiones del que desaparecieron las protestas de colectivos ciudadanos o trabajadores del naval presentes hasta hace escasamente unas semanas.
Sin embargo, las primeras palabras de la junta no llegaron desde los escaños. Manuel Zebral, habitual portavoz de los afectados por preferentes, agarró el micrófono en plena intervención inicial del regidor al abrir la cita. Le espetó que 47.000 ferrolanos no le votaron en las pasadas elecciones y le pidió que fuese «solidario» con los ciudadanos que no asistieron al pleno.
Eso sí, no había colas precisamente a las puertas de la casa consistorial. Poco más de la mitad de los asientos disponibles en los bancos estaban ocupados. El despliegue policial, simplemente algunos agentes más de lo habitual. Reinaba la tranquilidad. Algunas preguntas innecesarias a periodistas para poder subir las escaleras y una cinta de seguridad delimitando el espacio entre ediles y audiencia.
Solo caben 70 personas a partir de ahora. Antes de debatirse el primer punto del orden del día, el edil de Esquerda Unida Javier Galán pidió que se abriese un «pequeno debate» a este respecto, que no llegó a celebrarse. Los concejales de la coalición de izquierdas se marcharon del salón.
Hicieron lo mismo los del BNG, anunciando que sí estarían sentados en el momento de debatirse las mociones, entre las que figuraba alguna de su autoría. El PSdeG-PSOE, en cambio, se quedó. Con Natividad González Laso como portavoz, indicaron a José Manuel Rey Varela que las 14 invitaciones que les corresponden serán cedidas desde ahora al público de modo directo.
Completando los bancos de la oposición, Juan Fernández, edil de IF, opinó que «lo primero que tenemos que hacer es ser democráticos aquí para contagiar a la calle». Hoy la calle estaba calmada.
Se habló de las ordenanzas fiscales. Los socialistas votaron en contra porque, aunque pretendían abstenerse, censuraron la subida de la tasa con cargo al canon de Sogama. Sus veinte enmiendas no fueron suficientes. El alcalde justificó el incremento por «un principio de prudencia», pese a que otros ayuntamientos todavía están pensando si deben posibilitar que la población pague más para afrontar la subida decretada por la sociedad autonómica.
Trece votos a favor, los 12 del PP -faltaba un edil- y el único de IF. EU y BNG no estaban, el PSOE votó en contra.
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