FERROL360 | Domingo 24 diciembre 2023 | 10:45
Los arquitectos Ramón Montero, Blanca Escrigas, Joaquín Leal, Anibal Arenas, Patricia Figueira, Felipe Cotovad, Iago López y Carmen Pérez firman esta carta a la muerte de Alfredo Alcalá: «Hemos trabajado con él y aprendido de él durante casi 20 años y es nuestra modesta manera de recordarle».
Nos ha dejado un amigo, un compañero, hermano, padre y marido, un Arquitecto y un Maestro con mayúsculas.
Escribimos estas líneas aún en un cierto estado de shock, recordando que apenas hace dos días, en una reunión del Colegio de Arquitectos, estuvimos por última vez con Alfredo Alcalá y nos arrancó risas y nos ilustró una vez más, como sólo él sabía hacer hablándonos sobre su concepción de la arquitectura, sus orígenes, su pasado manchego, su aprendizaje en la Escuela de Arquitectura de Madrid, sus primeros años en la profesión bajo la tutela de Javier Carvajal y tantos otros temas.
Hoy nos deja uno de los grandes arquitectos de nuestra tierra, un manchego que hizo de esta Ría su hogar y que gracias a su empeño, trabajo y buen hacer llenó esta tierra de edificios y hogares maravillosos.

En el 2019 se le honró con el premio a su trayectoria profesional por el Colegio de Arquitectos. Recogemos ahora las palabras que uno de nosotros tuvo el honor de decir en aquel momento:
«Hace ya catorce años -ahora ya dieciocho- que Alfredo y yo nos conocemos, 14 años desde que subí las escaleras que conducían a tu estudio en busca de mi primer trabajo y tú me abriste la puerta de tu estudio, de tu casa y de tu manera de entender la arquitectura -y como a mí a todos nosotros-.
En estos escasos 65 años que llevas en esta tierra, en esta esquina noroeste de la que eres embajador -el mas ferrolano de los ferrolanos-, has hecho una aportación fundamental al patrimonio y a la arquitectura de la comarca y de Galicia, pero sobre todo y ante todo has creado escuela. A lo largo de estos años quedan pocos compañeros que no hayamos hablado, trabajado contigo o acudido a ti en busca de apoyo y referencia.
Eres, como sabemos los que te conocemos, una mente incansable que hace suyos los problemas que te planteamos, y que cada día, cuando volvíamos al estudio nos proponía nuevas ideas en forma de croquis y bocetos que hacías de madrugada mientras el resto dormíamos.
Llevas 52 años de ejercicio profesional a tus espaldas y creo que puedo afirmar que no has perdido la ilusión por nuestra profesión, sigues pensando que desde la arquitectura podemos resolver casi cualquier problema y sigues predicando con el ejemplo.

Este acto pretende ser un homenaje a toda una carrera, que comenzaste en el estudio de Carvajal en Madrid, que has ligado a la Escuela, a la educación dentro y fuera de la universidad, a una manera diferente de hacer las cosas, siempre a contracorriente, y siempre buscando la sinceridad en tu obra y en sus materiales. Siempre me recordarás aquella frase de Gary Cooper en “El Manantial”: Un edificio debe ser íntegro, debe ser funcional, tener sus propias formas y servir a un propósito.
Creo que para todos nosotros eres un maestro, nuestro maestro, nuestro compañero y nuestro amigo…».
Ayer nos dejaste, Alfredo. Un abrazo, amigo, y que allá donde estés sigas construyendo un mundo mejor. Nosotros aquí intentaremos seguir tu estela.
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