MARTA CORRAL | Ferrol | Viernes 8 mayo 2015 | 13:21
El cine Adriano moldeó durante sus años de esplendor la vida de los habitantes de Barallobre y Maniños. Se introdujo en sus rutinas, en su ocio, en sus juegos, en sus sueños. Como relata Carolina Martínez, una de las promotoras de Adriano, sesión continua, fue la «puerta al mundo» para los habitantes de ese rincón de Fene.
Ahora, el Adriano es un cine que se cae a chorros. Que lanza un SOS, imponente, arrinconado en una carretera secundaria como símbolo de un esplendor que ya no existe, pero que, con voluntad, puede ver el edificio transformado en un contenedor cultural envidiable y necesario en estos días en los que la cultura y la belleza son nuestros únicos salvavidas.
El colectivo Lumen, una plaforma de artistas sin ánimo de lucro y con el firme propósito de «profundizar y reflexionar sobre el lenguaje fotográfico y sus múltiples posibilidades», se cruzó con el edificio casi por casualidad y este viernes mostrará al mundo «17 trabajos, 17 miradas diferentes sobre un mismo tema, 17 maneras de revalorizar el Cine Adriano» que se podrán ver en la Casa da Cultura de Fene durante todo el mes de mayo.
Será a las 20:00 horas cuando se levante el telón y podamos ver proyectos muy distintos, pero todos ellos surgidos de la estrecha relación que se ha forjado entre los artistas y el cine Adriano.
Así, tal y como nos explican desde Lumen, algunas de las miradas se han perdido en la historia de ese cine. La propia Carolina, se convirtió el historiadora por un tiempo: rebuscó en la hemeroteca, entrevistó a los vecinos y a los propietarios actuales del inmueble, hizo acopio de objetos, de fotos… Desenterró las piezas de un puzzle que se podrá ver montado en forma de instalación.
«Más que el edificio, me interesaba la memoria del lugar, el paso del tiempo, la huella humana. La rutina que inflingía el cine en la gente de la zona» confiesa Carolina, explicando que los domingos de cine el ritual siempre era el mismo, paseo hasta la ribera incluido.
17 proyectos
Ella quiso reflexionar en torno a las teorías de deriva y al concepto del camino. A medida que el trabajo iba avanzando y el realismo mágico no dejaba de surgir en cada recodo, supo que nada mejor que El Mago de Oz como metáfora a su trabajo, que lleva por título You’re not in Barallobre anymore… -recordando aquel mítico «Toto, I’ve got a feeling we’re not in Kansas anymore» (Toto, creo que ya no estamos en Kansas) de Dorothy Gale-.
Junto a Carolina, también tiraron de recuerdos Pitusa Arias con su cortometraje Vivir no Adriano, un homenaje al trabajo de todo el personal que tuvo el cine, o Rosa Neutro, que da forma a los recuerdos del penúltimo encargado de la sala en Mañana, último día.
Gosia Trebacz, Kirenia Martínez y Lupe Vázquez rescatan los sueños de aquellos espectadores a través de la música, la pintura, la fotografía y el vídeo. Helena Segura-Torrella y Daniel Sanmartín se atreven con el audiovisual y presentan un corto que «habla de la confianza, del amor, de la esperanza, de los vínculos… una historia con múltiples lecturas y abierta a la interpretación del público», tal y como nos adelantan desde Lumen.
Nos cuentan también que los alienígenas podrían apoderarse del Adriano en Barrera Invisible, el trabajo fotográfico de Tono Arias y que nos sorprenderá la instalación del Colectivo Intermitente -formado en esta ocasión por Cipriano Chas, Elia Núñez, Martín Rivas, Roi Alonso y José Navas-, «en la que reproducen las sensaciones que vivimos en el cine a través de impactos visuales pero también de sonidos o colores».
Rubén Rodríguez de Torres nos llevará de la mano por su instalación de cajas de luz «para producir unas imágenes nostálgicas y románticas, efecto acentuado por la utilización del material analógico», y la Polaroid de Emilio Pardo nos ofrecerá una mirada donde se pone el acento en el contraste entre la decadencia actual y los bailes de otra época.
Brandán Gómez nos propone un juego de luces y sombras; el negativo se convierte en el eje central de la serie fotográfica de Alba Gallo; y Eduardo Pérez Gil «juega con dos realidades superpuestas: la del Cine Adriano, que presta soporte ambiental y físico y los retratos de las personas que representan la ficción emotiva».
Marta Barros y Mario Nodar ofrecen su visión de la mujer en la España de los años 60 a través de mariquitas recortables de tamaño real, y Rocío Brage y spam viajaron al siglo XIX y a los retratos de la Condesa de Castiglione.
Gimena Berenguer y Begoña Bah utilizan «la fuerza de las imágenes de una mujer desnuda para expresar sentimientos en diferentes aspectos y momentos de la vida», y Álex Pérez, una vez más, se vale del deterioro de un inmueble para demostrar que, a pesar de su aspecto deteriorado, la belleza del Adriano aún permanece.
Mención especial merece el trabajo de María Dolores Fernández, una de las herederas del cine, que recopiló fotografías antiguas de la familia y las mezcló con sus pinturas en forma de collage.
Recuperar el Cine Adriano
Me explica Carolina Martínez que, más allá de lo artístico, el fin último de las intervenciones puestas en marcha por Lumen es dinamizar los espacios: «En este caso, la puesta en valor de un edificio singular que no debe dejarse perder», y que ella apuesta porque se dedique a un museo del cine, a un auditorio o a otra actividad «para que el pueblo pueda visitarlo».
El inmueble está actualmente en venta por 150.000 euros porque los herederos no lo pueden mantener y, para Lumen, lo ideal sería que lo adquiriese el Concello de Fene, que ya mostró en alguna ocasión su intención de hacerlo.
Proyección de trabajos
Después de la inauguración de la exposición, toca ir al cine. A partir de las 21:30 horas se proyectarán los trabajos audiovisuales que conforman la muestra de Adriano, sesión continua en el propio cine, con la banda sonora del violín de Emmanuel A. Felpeto Santaeufemia.
Desde Lumen no escriben todavía el The End, queda mucho Adriano. Editarán un catálogo con todas las obras e intentarán quitarse la espinita de no poder haber llevado a cabo la performance que tenían prevista por el deterioro estructural que causaron las lluvias de invierno.
Hoy el Adriano abrirá de nuevo sus puertas, para sacudirse la humedad y acoger a todo el público que lo desee y a quienes ha transformado en estos meses. Porque, seamos, sinceros, la huella del Adriano ya habita en ellos para siempre.
Debate sobre el post