FERROL360 | Miércoles 8 de enero de 2025 | 14:25
Dícese de la acción por la cual alguien se muestra, queriendo proyectar una imagen en el resto que provoque interés o admiración en un alarde sobre cualquier ámbito, colmando la vanidad del actor.
Muchas veces, la acción ni siquiera es real, ni se corresponde con una actividad desarrollada por el protagonista. También ocurre como una mera exposición estética que reconforta al sujeto por la aceptación social que supone. Tampoco tiene que ser real o espontánea, vale preparada e incluso trucada con luces, enfoques y filtros.
El otro día falleció una influencer haciéndose un selfie… El postureo es una forma de vida para muchos y desgraciadamente de muerte para otros; con rendimiento económico para los más seguidos y para otros no tanto, lo hacen por simples motivaciones personales.
El postureo puede ejercerse en múltiples ámbitos, dependiendo de quién es el público al que va dirigido. Puede ser una foto pinchando discos, aunque no despliegue actividad alguna; vistiendo un abrigo aunque sea innecesario e incluso incómodo o comiendo un suculento manjar con buena pinta en la foto y sabor hemético.
He visto gente aburrida sacar el móvil y mostrar una amplia sonrisa que se marchita según sale el flash. He visto barrigas que desaparecen en una severa apnea, para florecer al guardar el móvil.
Vivimos en la sociedad de la imagen, del escaparate, de lo rápido, de lo efímero.
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